César Ventura Pizarro
Rolando Vilca Begazo
En Arequipa, alrededor de 216 mil personas (13.9 % de su población) sufren de pobreza monetaria, es decir, no les alcanza para costear los S/ 446 mensuales de la canasta básica de consumo de alimentos, bienes y servicios para atender sus necesidades mínimas.
Lo peor de todo es que entre el 2.3 % y 3.7 % de la población arequipeña vive en pobreza extrema, en otras palabras, a cerca de 57 mil personas no les alcanza el dinero para comer, ya que no pueden cubrir los S/ 251 de la canasta básica de alimentos.
Esta información se desprende del informe de Evolución de la Pobreza Monetaria 2014 – 2023 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), presentado días atrás.
Encima sin servicios básicos
Si bien Arequipa ocupa el tercer lugar con menor índice de pobreza a nivel nacional, después de Ica (6.9 %) y Moquegua (13.1 %), asimismo, su incremento entre 2022 y 2023 fue mínimo, al pasar de 13.7 % a 13.9 %, eso no significa que le vaya bien como región.
Por el contrario, si entramos en el detalle de la deficiencia de algunos servicios básicos, veremos que las autoridades municipales y regionales tienen mucho por hacer.
El mismo reporte de pobreza del INEI, correspondiente a 2023, revela que 370 mil arequipeños (23.8 % de la población) no cuentan con el paquete integrado de los servicios de agua, saneamiento y electricidad.
Además, resulta sorprendente que en tiempos en que la comunicación y el acceso a internet son fundamentales para la vida diaria de estudiantes y trabajadores, más de 624 mil personas (40.2 % de habitantes), además de no contar con agua y luz, tampoco tengan acceso a telefonía móvil e internet.
EL DATO
Según el INEI, la canasta básica de alimentos y no alimentos en el Perú equivale a S/ 446 por persona. Una familia de cuatro integrantes requiere de S/ 1784 al mes para costear los gastos de alimentación, vestimenta, transporte, salud y otros servicios básicos.
Sin condiciones para reducir la pobreza
El informe del INEI, también reveló que la pobreza monetaria a nivel nacional se incrementó en los tres últimos años. En 2021 era de 25.9 %, en 2022 de 27.5 % y en 2023 llegó a 29 %, que equivale a afirmar que más de 9.7 millones de peruanos subsiste con menos de 446 soles al mes.
Es más, el país no logra recuperar el nivel de pobreza que antecedió a la pandemia. En 2019 la pobreza alcanzó al 20.2 % de peruanos, 8.8 % menos de las cifras que se tienen ahora.
Para Germán Chávez, economista y past rector de la Universidad Católica San Pablo, tras la pandemia, en Arequipa y el país no se generaron las condiciones necesarias para reducir la incidencia de pobreza monetaria.
A la complicada situación política que distrae la atención del Gobierno nacional y termina siendo un obstáculo para la recuperación del aparato productivo, se suma la inseguridad ciudadana que frena la disminución de la pobreza.
“Esa capacidad que tenía Arequipa de ser resiliente a situaciones de pobreza, a través de microemprendimientos está siendo atacada por la inseguridad”, indicó.
Esta situación, de acuerdo con Chávez, tiene un impacto directo en las micro y pequeñas empresas de la región y el país, donde se genera la mayor cantidad de empleo.
Las extorsiones, los préstamos ‘gota a gota’, entre otros factores, son los principales detonantes de la inseguridad que afecta a los microempresarios.
“Se crea un emprendimiento, [luego] los extorsionan y semanas después tienen que cerrar; [por eso] la gente se mantiene en pobreza y no tiene cómo salir de esa situación”, agregó.
¿Qué hacemos?
Una posibilidad de corto plazo para generar empleo y, por lo tanto, más ingresos, desde la micro y pequeña empresa —en opinión de Germán Chávez—, es el fomento del crédito para estos empresarios.
“El costo financiero que asumen es brutal, incluso se exponen a los préstamos ‘gota a gota’”, reflexionó.
Hoy, el sistema financiero no acoge a muchos de ellos por su situación de informalidad y por los riesgos de impagos. Es por ello, que el especialista recomendó que el Estado se convierta en garante de los créditos ante las instituciones financieras, previo registro de estos microempresarios. Esta sería una alternativa similar a los créditos de Reactiva Perú, pero que priorice su alcance a los microempresarios.
Por otro lado, desde los municipios y gobierno regional, es necesario fomentar programas de ayuda social.
“La pobreza extrema exige de políticas sociales, porque las personas no pueden morir de hambre. Se debe repotenciar programas como los comedores populares, desayunos a escolares u otros, porque la gente está sufriendo”, remarcó.
En paralelo, urgen políticas de largo plazo para fomentar el empleo desde la inversión privada y el gasto público.
“Para disminuir la pobreza, el crecimiento económico del país debe ser de 5 % anual o un mínimo de 4 % para mantenernos; pero las proyecciones para este año están por debajo de esta meta”, añadió Chávez.
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