Juan Pablo Olivares
Tras más de siete años en el arbitraje amateur, Junior Goyzueta Meléndez se convirtió en uno de los seis árbitros arequipeños que ascendieron a la categoría profesional.
Luego de su experiencia en la tercera, segunda, y en los últimos años, primera división, el ascenso le permite a Goyzueta ser árbitro principal en los partidos de la Liga 2, Liga 3, Liga Sub-18 (antes llamada Torneo de Reservas) y la Liga 1 femenina.
Arbitrar en la máxima categoría del fútbol peruano será posible luego de aprobar el curso VAR, que se llevará a cabo entre el mes de julio y agosto en la ciudad de Lima.
“En Liga 1, puedo ser designado como cuarto árbitro y solamente podría ocupar el puesto de juez principal en caso de emergencia. Es decir, si el réferi principal se lesiona o está indispuesto por cualquier otro motivo”, explica.
Una ventaja
A punto de iniciar su nueva experiencia como profesional, Junior luce apacible y sereno. Y es que, llegar a arbitrar en la Liga 1, no solamente dependerá de aprobar el curso VAR, sino también de su desenvolvimiento y las oportunidades de dirigir partidos, tanto en la Liga 2 y Liga 3.
Sin embargo, Goyzueta asegura tener un bagaje principal, que –según él– le da un plus en este difícil e incomprendido oficio: haber sido futbolista. “Solo el hecho de haber jugado al fútbol me da una ventaja, porque sé cómo se comportan los jugadores y sé llegar al jugador de manera más rápida y acertada”, asegura.

Trayectoria amateur
Dice el tópico que el árbitro es –casi siempre– un futbolista frustrado. “Yo no soy un futbolista frustrado”, dice tajantemente Goyzueta y resalta sus más de 20 años en el fútbol amateur.
Debutó a los 13 años en el equipo de Sebastián Barranca del distrito de Acarí, en la provincia de Caravelí. Sus condiciones de arquero lo llevaron a jugar la Copa Perú y vestir la camiseta del Sportivo Huracán, Senati FBC, Tisur de Mollendo, Unión Salaverry, Saetas de Oro, entre otros equipos en los que –casi siempre– llegó a instancias finales del llamado “fútbol macho”.
Fue parte también del FBC Melgar en el año 2004, con Roberto Mosquera como técnico, pero no llegó a debutar en el fútbol profesional. Es por ello que resolvió seguir su carrera deportiva en el fútbol amateur, defendiendo la camiseta del Unión Huarangal de Camaná, equipo con el que decidió poner fin a su carrera.
“Me retiré porque el reglamento de la Copa Perú, en ese entonces, permitía reforzar a los equipos solo hasta los 28 años de edad, eso limitó mi carrera futbolística”, lamentó.
Nuevo panorama
Mientras jugaba al fútbol, Junior también estudiaba para ser árbitro. Lo hizo porque sabía que algún día colgaría los guantes y el arbitraje lo tendría ligado al deporte que le apasiona.
Pero, sobre todo, porque estar en la vereda de enfrente le daba la oportunidad de ver el balompié desde otra perspectiva, a través del estudio y la capacitación.
“Ser árbitro es igual de complejo que el puesto de arquero. Ambos tienen mucha responsabilidad en el juego y con menos margen de error”, asegura.
Es así que Goyzueta volvió al fútbol de la manera menos ortodoxa: a través del arbitraje. Por eso, tal vez, es un mérito que sea el segundo árbitro con mejor calificación del ranking de primera división, según la Comisión Nacional de Árbitros (Conar).

Prueba de fuego
Cada año, el campeonato peruano inicia con el objetivo de ser mucho mejor que el anterior. Sin embargo, la esperanza de tener un mejor arbitraje es tenue, matizada y nublada por pésimas actuaciones de la mayoría de árbitros.
En ese sentido, Junior Goyzueta, a sus 37 años de edad, aparece como la promesa de un mejor nivel para el arbitraje arequipeño y peruano. Los torneos de la Liga 2 y Liga 3, serán su prueba de fuego.
El árbitro arequipeño, de cuerpo atlético, de 1.88 m de estatura y 88 kilos, que tiene al rosado y negro como colores favoritos para su uniforme, se autodefine como un juez recto y estrictamente alineado a las reglas
“Ser árbitro es una profesión bonita que te forma, te enseña. Me gusta asumir la responsabilidad, tengo confianza y me siento capaz de llevar de la mejor manera un partido de fútbol”, confiesa.
Cábalas y rituales
En su etapa de futbolista fue cabalístico y ahora, como árbitro, también lo es. Antes de saltar al gramado, reza y entrega su trabajo al Señor de los Milagros y a la Virgen de Chapi. Les pide que le ayuden a tomar las mejores decisiones y, sobre todo, que lo cuiden.
Además, antes de dar el pitazo inicial, da tres golpes al pasto con el pie derecho. Este ritual o cábala tiene un significado especial. “Hago eso porque es mi manera de encomendarme a mis tres sobrinos que están en el cielo”, confiesa Goyzueta.
Con la fe intacta de tener una buena temporada 2025, con la esperanza de sobresalir tanto en la Liga 2, Liga 3 y fútbol femenino y, por qué no, llegar a la Liga 1 y más adelante convertirse en árbitro FIFA, Goyzueta se despide de la entrevista.
Se va a descansar luego de una terapia de relajación en el sauna. Una rutina que es frecuente y necesaria en Junior, para dar mantenimiento a la “máquina”, como llama él a su cuerpo.
EL DATO
- Junior Goyzueta, es ingeniero industrial y fue también, preparador de arqueros del FBC Melgar de las categorías sub 13, 15 y 17, en los años 2018 y 2019.
- El árbitro profesional, vivió su infancia y niñez en el distrito de Bella Unión y estudió en el colegio parroquial San Martín de Porres del distrito de Acarí, en la provincia de Caravelí.
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