Christiaan Lecarnaqué Linares
Bien dicen que los problemas pueden convertirse en grandes oportunidades. El ingeniero, Fredy Ballón Medina, trabajaba en un proyecto de seguridad en 2020, cuando el Gobierno dispuso la cuarentena para contener el covid-19 en Perú.
Este episodio de incertidumbre para muchos, tuvo un efecto contrario para él en sus objetivos empresariales, ya que terminó por empujar su emprendimiento basado en tecnología, al que más adelante bautizó como Portero Seguro.
Portero Seguro nació como una necesidad de abaratar los costos de mantenimiento que Fredy pagaba en el edificio donde alquilaba un departamento.
El pago al vigilante era el mismo, sólo que, al dividirlo entre todos los residentes, se puede abonar más o menos, dependiendo de la cantidad de beneficiados con el servicio de seguridad. “En un edificio de 70 departamentos pagaba 200 soles. Cuando me mudé a uno de 15, pagué 500 soles”, calculó.
Entonces, para ponerle fin a esta variación en los costos, es que planteó un servicio de seguridad con tecnología a un mismo precio y beneficiando a más inquilinos.
De esta manera, el portero pasaba a vigilar a un centro de control, con ayuda de pantallas conectadas a cámaras colocadas estratégicamente en el edificio y vinculadas por una red de Internet.
Este servicio utiliza Internet de las cosas (IoT) e inteligencia artificial para identificar al visitante, interactuar con él, abrirle la puerta de acceso al condominio o la cochera de manera remota, y lanzar alarmas en caso se acerque un sospechoso a la propiedad.
Con esta propuesta, se hacía más efectivo el servicio de seguridad, se abarcaba más edificios y los montos que pagaban los inquilinos no variaban. Esta idea calzó bien en la pandemia, debido a que los vigilantes no podían trabajar por la cuarentena, y con Portero Seguro podían hacerlo de manera remota. Además, esta opción llegó en una etapa en que la ciudadanía empezaba a conocer la utilidad de la tecnología en el día a día.
Óptimos resultados
Fredy Ballón aseguró que los resultados son efectivos. A la fecha, sus clientes no han sufrido robos. Cuando hay intentos de hurto, se activa un altavoz y se lanza el sonido de una sirena con un mensaje disuasivo, y si el peligro continúa, entonces intervienen. “Generalmente, quien quiere robar un edificio quiere llevarse una bicicleta o lo que tenga a la mano, como un extintor. O intentan forcejear una puerta o trepar un muro”, dijo.
Este servicio de teleportería, nació con nueve clientes en 2020 y en la actualidad cuentan con 60. Brindan el servicio en Lima y también, desde este año, en Santa Cruz, Bolivia. En este caso, el control se realiza desde Lima con ayuda del Internet.
La meta de este ingeniero es llegar a más países de Latinoamérica y añadir a este servicio un portero virtual que interactúe y atienda los requerimientos de los inquilinos.
Una buena oportunidad
Fredy estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Católica San Pablo (UCSP) y egresó en 2012. Al dejar este centro de estudios no pensó en tener un emprendimiento. Tenía buenos trabajos en Arequipa, al igual que en Lima desde donde laboraba de forma remota para una empresa de Estados Unidos.
Simplemente las cosas se dieron en el camino y la oportunidad vino inesperadamente en pandemia. Hubo temor, reconoció, porque ofrecía un servicio nuevo, pero debido a su formación y capacitación laboral es que le está yendo bien.
Su empresa figura entre las 100 mejores startups del Perú, según la revista Forbes. Además, recibió una subvención de Startup Perú, fondo del Ministerio de la Producción, que le permitirá hacer crecer su emprendimiento.
“La pandemia ayudó a atreverme. Salí de trabajar en febrero de 2020 y ese era el momento de emprender. No tenía nada que hacer, eso me ayudó y me obligó a emprender. Obviamente sí había temores y era un servicio totalmente nuevo. La pandemia generó esa necesidad y nos ayudó a tener los primeros clientes”, dijo.
La formación de la San Pablo
De la San Pablo dijo que recibió la formación, pero también las habilidades para relacionarse con personas, lo que le ha permitido crecer como empresario.
“La San Pablo es una universidad que te forma no sólo en la parte técnica, sino también humana y eso es importante. Cualquier negocio requiere tratar con personas, si yo hubiera tenido una formación 100 por ciento técnica, hubiera sido difícil vender este servicio”, mencionó.
EL DATO
Portero Seguro tiene una cuenta de Facebook: https://www.facebook.com/porterosegurope. También pueden contactarse al: 997 023 109. Además, tiene una página web: https://porteroseguro.com/
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