Christiaan Lecarnaqué Linares
Los viajes por las playas de Arequipa, Lima, Chiclayo y Piura, y la oportunidad de probar potajes con ingredientes obsequiados por el mar, estimularon a Jamyleth Fernández Alcocer y a su esposo Jorge Quiroz Tejada, a zarpar hacia el complicado mundo del emprendedurismo.
Hace nueve meses esta pareja de esposos abrió la cevichería A’mar, un nombre que nace de la combinación de dos palabras: amor y mar.
“A’mar nació porque cuando enamoraba con mi esposo nos gustaba probar comida marina, ir a la playa y ver el mar. Cuando planificábamos emprender la cevichería jugamos con las palabras amor y mar, y las fusionamos. Así surgió A’mar”, explicó Jamyleth.
La fusión de amor y mar tiene un significado profundo para estos esposos, que terminó por animarlos a sacar adelante este negocio marino.
“El mar para mí significa libertad y tranquilidad. Usualmente, recurro ahí para despejarme del día a día y obtener nuevas energías. Me trae recuerdos de familia, amor y amistad”, comentó.
Un nicho por atender
A’mar va por buen camino y funciona en pleno corazón de Cayma. La estudiante de la carrera profesional de Psicología de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), dirige este negocio junto a su esposo. Ella se encarga de la parte administrativa y él de la cocina.
En la carta aparecen propuestas interesantes. Por ejemplo, figura el ceviche A’mar que lleva pescados, langostinos y láminas de pulpo. También el escribano de pulpo, típico potaje arequipeño que lleva, además, láminas de pulpo y chimichurri.
Otro plato que destaca es el sudado A’mar con pescado y langostino, combinado con caldo de tomate, ají y cebolla, para servirlo con arroz o papas.
“Observamos una creciente demanda de opciones de comida saludable y fresca. El ceviche, al ser una opción ligera y nutritiva encajaba perfectamente en esta tendencia. Vimos una oportunidad para llenar un nicho en el mercado, ofreciendo una experiencia culinaria auténtica y de alta calidad”, indicó.
EL CONSEJO
“Nunca se den por vencidos. Todos los emprendimientos cuestan mucho trabajo al inicio. Es como una montaña rusa, a veces estás arriba o abajo. No dejes tus sueños y la libertad que quieres lograr. Cuando las cosas van mal uno debe esforzarse más y ser constante 100 veces más que al inicio, porque lo que cuesta uno lo valora y aprende de ello”: Jamyleth Fernández Alcocer.
Un acto de valentía
Antes de esta experiencia Jamyleth probó suerte con otros negocios relacionados a las velas y desinfección sanitaria. Su interés por emprender algo propio la siguió animando a aventurarse y llegar hasta donde está ahora.
“La decisión de emprender este proyecto fue también un acto de valentía y deseo de independencia. Quise construir algo propio, que reflejara mis valores y mi pasión por la comida marina. Este espíritu emprendedor nos impulsó a planificar, invertir y poner en marcha esta cevichería”, señaló.
Cabe resaltar que esta cevichería no es un simple lugar para comer, sino la prueba tangible del amor que ellos sienten por el mar.
“Nació de la combinación de nuestras experiencias personales, nuestro amor por los sabores del mar, y nuestra visión de ofrecer algo único y auténtico a nuestra comunidad”, concluyó.
EL DATO
Quienes quieran probar estos sabores pueden contactarse al 991 405 591. También pueden visitar las cuentas en Facebook: https://www.facebook.com/cevicheriaamar e Instagram: https://www.instagram.com/cevicheriaamar/
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