Christiaan Lecarnaqué Linares
En la esquina de la segunda cuadra de la calle Santa Marta, funciona una pequeña librería llamada ‘Licántropo’, un emprendimiento literario dirigido por Misael Ramos Velásquez, un librero con 30 años de experiencia y con un amor comprobado hacia la lectura.
Al interior de este local, en dos espacios están ordenados en anaqueles, libros académicos, técnicos y literarios, textos publicados en Arequipa, y obras de poesía, La niña de los ojos de Ramos.
Una librería parece un destino inevitable o el trabajo soñado para un amante de la lectura como Misael Ramos. Su primer contacto con los libros se remonta a la época en que tenía 12 años. Leer la novela arequipeña Jorge, el hijo del pueblo, de María Nieves y Bustamante y Hamlet de William Shakespeare, lo embarcaron en un viaje sin retorno por universos de realidad y fantasía.
Hoy tiene 65 años y ese amor por los libros no parece que terminará en un divorcio, sino en una constante renovación de votos que desea compartir a través de su afición en Licántropo.
La pandemia sorprendió a todos en 2020 y Misael se vio obligado a cerrar por unos meses por orden del Gobierno. Leer libros no se considera esencial para las autoridades ni para la población y por eso las librerías fueron las primeras en cerrar y las últimas en abrir.
Pese a todo, Misael Ramos se mantuvo firme y volvió a abrir porque no ve este proyecto como un negocio, sino como una “oficina de servicio cultural”, con el firme propósito de incentivar la lectura en la ciudad. Esta es una convicción puesta a prueba constantemente en una sociedad que lee apenas un libro al año.

Una vida rebelde
Si bien su amor por la lectura empezó en la adolescencia, Ramos construía su camino por otro lado. Ingresó a la universidad y estudió Medicina por cinco años, y también estuvo un año en Literatura, sin embargo, abandonó ambas carreras. “No es una decisión que me enorgullece, hoy la recuerdo como una anécdota, pero no recomendaría a nadie dejar sus estudios”, dijo.
No obstante, en esa corta vida académica formó el grupo Ómnibus en 1977 dedicado a fomentar la poesía en la ciudad, género favorito de Ramos. Las obras fueron publicadas en una revista que tuvo 15 ediciones.
“La poesía es la cumbre de la literatura. La poesía es más que la novela, cuento, teatro, en mi concepto. Todo hay que decirlo en pequeñas líneas, si no funciona no funciona”, destaca. Por eso es que su librería cuenta con una sección dedicada a libros poéticos.
Su vida académica parecía inestable, pero tenía claro que la lectura era, y es, su norte. El destino le daría una segunda oportunidad y lo llevaría a administrar una librería en la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa) por 26 años, pero enfermó y el establecimiento cerró hace unos años.

El retorno
Al advertir la existencia de una necesidad no atendida para lectores más exigentes es que decide iniciar con ‘Licántropo’, concepto asignado a la transformación de un hombre en lobo en la literatura fantástica, y que Misael Ramos utilizó en su juventud como título para sus versos. Además, su amigo Oswaldo Chanove, uno de los poetas más importantes de Arequipa, le sugirió colocar ese nombre a su negocio.
“Licántropo traduce la idea de un cambio, un hombre que se convierte en lobo. La literatura debe buscar un cambio”, explica.
Esta librería busca ofrecer títulos escondidos por el ruido comercial. “Nos diferenciamos [del resto] porque queremos tener otros catálogos, básicamente de sellos peruanos, autores locales y editoriales pequeñas e importantes como la Biblioteca Nacional o el Congreso de la República, cuyos catálogos solo tenemos acá”, dijo.
No faltamos a la verdad si decimos que cada semana se lanza un libro en Arequipa, pero el problema es que son difíciles de encontrar porque se agotan (regalan o donan) o no encuentran un lugar para venderlos.
Las librerías nacionales apenas ceden un espacio a estas obras dentro de los títulos nacionales, pero en ‘Licántropo’ hay toda una sección, un anaquel entero, destinado a estos trabajos.

No leemos mucho
Hay lectores, aunque en este país apenas se lea un libro al mes. “Lo ideal es leer 100 páginas al día”, propuso Ramos quien puede revisar hasta 150 en 24 horas.
El Ministerio de Cultura hizo un estudio en 2019 donde concluía que el 40 % de arequipeños había comprado un texto. Misael Ramos no cree en esta cifra. “En las mejores ventas de libros de lectura en la universidad solo se leía 1.45 de libro por alumno. Estamos leyendo cada vez menos. Hay mucho por hacer”, comentó.
Misael Ramos está dedicado a su librería y también a su trabajo en la universidad. Además, viene organizando una feria del libro para noviembre.
Lleva 30 años dedicados a promover la lectura en la ciudad y confía que en los siguientes ‘Licántropo’ se convierta en esa opción necesaria para aquellos que buscan su lectura favorita o que deseen iniciar este buen hábito.
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