Deysi Pari
El Gobierno promete la construcción de dos represas para el valle de Tambo en la provincia de Islay, en Arequipa. Mientras los ofrecimientos tardan en concretarse, los agricultores de esta cuenca afrontan el impacto del cambio climático y la falta de agua en época de estiaje, así se le llama al nivel más bajo de agua de un río u otra fuente hídrica.
De acuerdo a la Junta de Usuarios de Punta de Bombón, en este distrito (que forma parte del valle de Tambo) hay más de 1100 agricultores y se cultivan más de 10 tipos de productos, tales como el arroz, ají común, ají páprika, zapallo, camote, maíz forrajero, alcachofa, ajo, papa, espinaca, beterraga, alfalfa y cebolla.
Ricardo Salinas, gerente de esta asociación, señala que debido al uso intensivo del suelo, la producción ha disminuido. La situación se complica debido a las abundantes plagas y el aumento de la temperatura, que es ocasionada por el cambio climático.
Añade que en época de estiaje, que va de setiembre a diciembre, se dejó de sembrar en áreas agrícolas, debido a la falta de agua. También se ha registrado retraso en la siembra del arroz, que es un cultivo de alta demanda. Eso desencadena la baja producción, pues no se cuenta con el clima adecuado en su periodo de fructificación.
Promesa de dos represas
El ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, recientemente dijo que la empresa minera Southern Perú que impulsa el proyecto de extracción de cobre Tía María, ejecutará una represa mediante la modalidad de Obras por Impuestos. Según el funcionario, el embalse Bajo Tambo almacenará 50 millones de metros cúbicos de agua, costará 240 millones de soles y su construcción tomaría dos años.
Manero anunció que el Gobierno también construirá otra represa, la de Yanapujio. De acuerdo al ministro, esta presa tendrá una capacidad de 25 millones de metros cúbicos y el uso de sus aguas sería exclusivamente para Arequipa. Esto debido a que hace poco la gobernadora regional de Moquegua, Gilia Gutiérrez, firmó un convenio en el que cede las aguas de Yanapujio, a cambio de la construcción de cuatro represas exclusivas para Moquegua que son Paltiture, Coralaque, Tambillo y Cuturi.
Pero, lo que no dijo Ángel Manero es que el 14 de marzo de este año, se resolvió el contrato con la empresa Agua, Energía y Minería Ingenieros Consultores que tenía a su cargo la elaboración del expediente técnico de la represa de Yanapujio.
Según el Sistema de Seguimiento de las Inversiones (SSI) del Ministerio de Economía y Finanzas, la empresa superó el 10 % del monto contractual en penalidades por mora. El avance en el expediente técnico era del 70 %.
Además, de acuerdo a Huber Valdivia, exdirector del Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI), en enero de 2022, la empresa determinó que el perfil técnico de Yanapujio era inviable para el tipo de represa que se planeaba construir. Por ello, recomendó una reubicación y la búsqueda de una nueva área. La nueva opción es la represa de Arapa-Cota, ubicada a 5.3 kilómetros debajo del sitio original.
EL DATO
Los agricultores del valle de Tambo, también enfrentan el incremento en el costo de los insumos agrícolas, al igual que la mano de obra. El pago de jornal está entre 120 a 130 soles al día.
Bajo Tambo no es un buen lugar
Ahora, la nueva represa que, según Ángel Manero, se construirá por la modalidad de obras por impuestos con la minera Southern, tampoco sería la mejor opción.
Benigno Sanz Sanz, biólogo y docente de la carrera de Ingeniería Ambiental en el Departamento de Ingenierías de la Industria y el Ambiente de la Universidad Católica San Pablo, explicó a Encuentro que la propuesta de Bajo Tambo es una represa localizada en una parte muy baja.
Recordó que en 2017, desde el Consejo de Recursos Hídricos de la cuenca Quilca-Chili, se advirtió que esta represa se llegaría a colmatar muy rápido, ya que el río arrastra una gran cantidad de sedimentos. “No es muy viable, es una promesa gubernamental, pero los técnicos tenemos que decir lo que los estudios determinan”, explicó Sanz.

Uso intensivo del suelo
Mientras las promesas para almacenar más agua se hacen realidad, los agricultores enfrentan la reducción de la productividad. El gerente de la Junta de Usuarios de Punta de Bombón, Ricardo Salinas, señala que los comercializadores que llegan a adquirir los productos se aprovechan de la calidad de agua del río Tambo para buscar la reducción del precio de compra de los productos.
El docente Benigno Sanz explicó que cuando los suelos se usan para la agricultura intensiva, como ocurre en el valle de Tambo, sufren mucho desgaste y ya no son tan productivos como antes.
El suelo puede volver a recuperar su productividad si es que se le hace “descansar”, es decir, se deja de sembrar o se cambia de tipo de cultivo. Esto se lograría, por ejemplo, a través de la siembra de alfalfa que contribuye a nutrir el suelo. “El descanso suele durar algunos años para que el suelo recupere los nutrientes que necesita”, refiere.
Por ahora, lo que se hace en la agricultura es colocar sustancias químicas y si son manejadas sin criterios técnicos, se forman sales insolubles en el suelo y no permiten la absorción del abono. Además, se afecta la biota del suelo, que se refiere al conjunto de organismos que viven en él.
Sanz refiere que una solución para combatir este problema, sería el policultivo: sembrar dos a tres tipos de plantas en un mismo campo. No obstante, esto resultaría menos productivo para los agricultores.
A esto se suma que en el valle de Tambo, el río carga con una contaminación natural por arsénico, aluminio, plomo y boro, ya que el agua proviene de un suelo volcánico. Eso, según Sanz, incrementa el depósito de sales en el suelo, lo que repercute en el problema de menor productividad.
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