César Ventura Pizarro
En las últimas semanas las condiciones para trabajar en el país cambiaron constantemente como consecuencia del estado de emergencia sanitaria —por la pandemia del COVID-19— que vivimos. Esta situación en opinión de Mauricio Matos, gerente senior de EY Perú, genera incertidumbre laboral.
“Todo esto te lleva a no hacer cosas o a equivocarte. Se invierten recursos, tiempo y creas expectativas que al final no se cumplen o deben ser reformuladas”, explicó.
Este panorama termina ralentizando el reinicio de actividades y con ello se perjudica no solo la economía de las empresas, sino que pone en riesgo de desempleo a los trabajadores. “Desde el momento en que afectas la proyección de la empresa, se frena todo”, advirtió Matos.
¿Qué sucede?
Y es que la cantidad de normas relacionadas al ámbito laboral que fueron emitidas desde la declaración del estado de emergencia sanitaria se incrementaron. Algunas disposiciones duraron menos de una semana y otras no terminan de ser claras.
“Las normas laborales cambian casi a diario. Por ejemplo, la normativa sobre trabajadores en grupo de riesgo cambió por lo menos cuatro veces en tres semanas”, indicó Matos.
Todo esto, en lugar de ayudar a retomar el empleo en el país “no ayuda a los trabajadores ni a empleadores, porque nadie tiene en claro cuál es la norma vigente, tampoco saben qué significa trabajo remoto y teletrabajo o en qué consiste la suspensión perfecta y cuándo se debe aplicar”.
Alternativas
En ese sentido Matos sugiere que el Gobierno trace una línea clara sobre los aspectos laborales que acompañarán la reanudación de actividades. “El objetivo del Gobierno debe ser más claro, en el sentido de no tener idas y retrocesos en temas laborales”, agregó.
Por otro lado, sería muy útil la creación de un compendio normativo actualizado y de consulta rápida que permita validar la normatividad laboral vigente para no incurrir en errores.
Lo que se viene
En el ámbito del empleo formal, hoy la suspensión perfecta es la medida más drástica, sin embargo, en un escenario en el que la situación económica se complica más por factores normativos o sanitarios, el impacto directo se verá en la pérdida del empleo.
“En algún momento la suspensión perfecta terminará y en teoría todos regresarán a su trabajo. El problema es qué ocurrirá si la empresa ya no existe después o si no está en condiciones de operar. El impacto en el empleo puede venir por un deterioro mayor de la economía del país”, detalló Matos.
En este momento, el único respaldo que tienen las personas para conservar su empleo es la evaluación que hace el Ministerio de Trabajo (Mintra) cuando se solicitan despidos masivos. “
Todos los procedimientos que impliquen el cese colectivo de trabajadores pasan por una evaluación del Mintra. Esa es la única garantía que tienen los trabajadores”, afirmó Mauricio Matos.
Flexibilización
En ese sentido la flexibilización laboral es otra opción para evitar casos extremos. Es decir, negociar salarios, jornadas de trabajo, reducir algunos beneficios laborales, entre otros.
“En esta coyuntura debemos tener una posición atemperada que proteja empleados y empleadores. Esta es una crisis grave y por ello tiene que haber un sacrificio del empleador y del empleado”, sugirió Matos.
EL DATO
Existen normas relacionadas al trabajo que se alinean a los plazos y disposiciones del estado de emergencia nacional (cuarentena) y otras al estado de emergencia sanitaria.
Discusión sobre el post