Alejandro Cano Valencia
Docente de la Universidad Católica San Pablo
En marzo de 2021, el Comité de Normalización del Sencico lanzó la norma de Drenaje Pluvial CE.040; ese año fui invitado a exponer mis comentarios. No solo se trata de un cambio de nombre, sino la codificación de la misma, lo cual representaba algunos cambios estructurales en el drenaje de aquí en adelante.
El primer cambio estructural es tratar de dejar atrás casi 300 años (siglo XVIII) de supremacía de la doctrina higienista, la cual promueve “recolectar, transportar, evacuar lo más rápido y lejos posible” las escorrentías superficiales urbanas de origen pluvial.
Ahora la norma introduce el concepto de almacenar el agua de lluvia. Este pequeño ‘gran’ cambio, ya se produjo en otros campos, como el recojo de la basura por los trabajadores municipales (llamada baja policía); ahora se trabaja el concepto “gestión de residuos” que incluye a los rellenos sanitarios de manera tecnificada por algunas comunas peruanas, fomentando la reducción, reutilización y reciclaje de los residuos.
El segundo cambio es la necesidad de independencia y transversalidad. La nueva codificación le da al drenaje pluvial, tal vez, el acta de nacimiento hacia la gestión pluvial (Stormwater Management, en inglés), no solo por independizarse del contexto netamente de saneamiento (antes era la norma OS.060), sino que, introduce ‘tímidamente’, la posibilidad de contemplar nuevas técnicas llamadas ‘estructuras complementarias’.
Nuevos horizontes en el Drenaje Pluvial. Tal como se expuso en el XXVIII CONEIC (sede Chiclayo), hoy en día existen nuevos horizontes en el drenaje pluvial que van más allá de su centralismo basado en temas sanitarios e impedir desastres naturales como inundaciones. Ahora se busca un enfoque de desarrollo sostenible, con un trabajo interdisciplinario e integrado de profesionales y autoridades respondiendo a las necesidades de la sociedad civil.
En Cuzco, Chiclayo y Piura ya comenzaron a mirar la gestión pluvial como parte del desarrollo urbano de sus ciudades. Algunos proyectos en vías de ejecución son el programa integral de drenaje pluvial en ciudades priorizadas del Perú (Cuzco), el plan maestro y estudio de prevención a nivel de perfil del proyecto drenaje pluvial urbano (Chiclayo) y la propuesta de soluciones sensibles al agua para la planificación y gestión urbana (Piura). Estos proyectos toman a la gestión pluvial como una propuesta de cambio ante los eventos climatológicos extremos como son el fenómeno del Niño y el cambio climático.
En el contexto arequipeño, las municipalidades de Arequipa (provincial) y Cayma (distrital) incentivan el empleo de infraestructuras verdes en las nuevas edificaciones que deseen ser catalogadas como sostenible; ello gracias a las ordenanzas municipales OM-1136-2018 y OM-285-2020-MDC respectivamente. En cuanto a la planificación urbana, el arquitecto Carlos Zeballos y su equipo proponen el proyecto Costuras Urbanas, buscando forestar las quebradas en las partes altas para que las plantas absorban de manera natural el agua y de ese modo el caudal que llega a las partes medias o bajas sea menor.
Actualmente, egresados de Ingeniería Civil de la Universidad Católica San Pablo están estudiando los posibles impactos de las infraestructuras verdes (GI en inglés) en edificaciones urbanas, tanto en gestión pluvial y la reducción de volúmenes y caudales de escurrimiento pluvial, así como como la mitigación del cambio climático y la reducción de los gases efecto invernadero (captura de CO2).
Esperamos que los profesionales del agua, la sociedad civil y nuestras autoridades se involucren cada vez más en la gestión pluvial, porque como ya vimos no solo se trata de actividades de saneamiento, sino múltiples oportunidades para reaprovechar el recurso hídrico y hacer frente a problemas ambientales mayores.
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