Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno José Luis Bustamante y Rivero de la Universidad Católica San Pablo.
Más que en otras semanas, las páginas que los diarios han destinado a la información sobre política, podían confundirse con las páginas judiciales, y es que la reciente semana terminó con la extradición de Alejandro Toledo, el último presidente que faltaba por estar en el país enfrentando un proceso penal por corrupción.
Pero la extradición de Alejandro Toledo es la cereza del pastel. El Congreso y, por primera vez en esta legislatura, un partido político, no arropan a un integrante cuestionado por serrucharle el sueldo a sus subalternos. El caso de María Cordero Jon Tay se convierte en el primer caso donde un congresista no solamente debe atender investigaciones del Ministerio Público, sino que sufre consecuencias políticas ante conductas ilícitas, como la concusión; pero su caso no es el único, están en capilla también las congresistas Heidy Juárez, Magaly Ruiz, Rosio Torres y Katy Ugarte.
Así mismo, con la audiencia de prisión preventiva que tuvo Betsy Chávez, quedó claro el camino que le espera a la expremier, que pinta todo menos de rosas. La preponderancia de su actuación en el golpe de Estado de Pedro Castillo, tal como lo recogen los testimonios de los periodistas de TV Perú que transmitieron la alocución del 7 de diciembre pasado, no dejan dudas sobre el intento de rebelión.
Junto a lo anterior, le llegó el turno a Joaquín Ramírez, otrora hombre fuerte del fujimorismo que es investigado desde hace años por presunto lavado de activos, esta semana la Fiscalía incautó y allanó más de 300 bienes a su nombre. Así las cosas, será la prensa y el Ministerio Público quienes sigan disponiendo la agenda política nacional.
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