Redacción
El historiador arequipeño, Eusebio Quiroz Paz Soldán, falleció a los 82 años de edad. El “Hijo ilustre de la ciudad de Arequipa” fue uno de los pilares que contribuyó a construir la identidad del arequipeño y una de las fuentes más consultadas para conocer la historia de la Ciudad Blanca.
Nació el 26 de noviembre de 1940 en Arequipa y reconoció que fue su madre la principal responsable de su vocación por la lectura.
En varias oportunidades contó que perdió el ojo derecho a los seis años de edad y su mamá (Dymphna Paz Soldán), le enseñó un método para aprender a leer: aprender palabras, no sílabas ni letras. Así se convirtió en un lector voraz.
“Mi madre era una mujer muy sensible, la recuerdo con mucho afecto. Si hay algo bueno en mi corazón, fue mi madre quien lo puso”, dijo en una oportunidad, durante una entrevista.
Pero, además de su madre, vivió rodeado de una familia de intelectuales, gente que leía mucho, y cerca de la biblioteca de su abuelo. En la secundaria ya tenía predilección por la historia y la literatura. Por eso es que ingresó a la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa) a estudiar Letras, donde recibió dos cursos de Historia que terminaron por inclinarlo por esta profesión.
Desde ese momento, construyó su camino como historiador y se convirtió en el principal promotor de la identidad arequipeña. “La cultura de Arequipa es mestiza, y admitirlo tal vez sea el camino que nos ayude a reconocernos mestizos, porque la cultura peruana está impregnada de elementos mestizos. Es importante profundizar en lo propio. Quienes nos dedicamos a la historia abrimos caminos, no los cerramos”, afirmó en una entrevista concedida a Andina.
Tenía una buena memoria para recordar escenas cotidianas y características de la ciudad. “Recuerdo que veía cómo a las tres de la tarde la gente iba a las picanterías a comprar jayari, plato tradicional arequipeño, con su botellón de metal para llevar la chicha, o al señor que llegaba a nuestra casa montado en su caballo, silbando, para dejarnos leche todas las mañanas. Yo notaba que no realizaba labores urbanas”, contó en aquella ocasión.
Su aporte a la San Pablo
Eusebio Quiroz Paz Soldán cuenta con varias publicaciones de libros como Identidad cultural mestiza de Arequipa. Fue uno de los coautores del texto Historia general de Arequipa. En 2019 fue declarado como “Hijo ilustre de la ciudad de Arequipa” y recientemente “Arequipeño del Bicentenario”.
Además, fue profesor emérito de la Universidad Católica San Pablo (UCSP) y uno de los impulsores de esta casa de estudios. Participó en las primeras reuniones que giraban sobre la importancia de fundar la San Pablo y colaboró en la elaboración de la malla curricular, por esos años, de la carrera de Derecho. También se le reconoce sus gestiones para la digitalización de los diarios La Bolsa, El Republicano y El Deber que podemos encontrar en Internet.
“Creo que la universidad debiera marchar a identificarse cada vez más con su propósito. Su propósito es formar personas. No tener solamente técnicos, ni personas versadas en medios audiovisuales o tecnológicos, sino a personas, y creo que lo están haciendo de un modo u otro […]. Tengo el mejor deseo de éxito en la universidad (San Pablo) en la medida que se mantenga fiel a su contenido, a su propósito, que continúe publicando (libros) […] que continúe con este compromiso con Arequipa”, explicó en una entrevista “Conversando con Eusebio Quiroz Paz Soldán”.
Su mensaje a Arequipa
En otra ocasión, durante su contacto con los periodistas, confió en que Arequipa retome por la senda del progreso y que sus políticos busquen su felicidad.
“Lo que debe venir es el progreso para Arequipa, progreso en lo comercial, en lo agrícola, en lo minero, en todo. Tenemos que conservar lo que es valioso del pasado y tenemos que seguir creyendo en la promesa de la vida peruana. Basadre se hizo una pregunta muy grande ¿para qué se fundó la República? Y él mismo respondió: “para que viviendo libres pudiéramos alcanzar la felicidad”. Eso nos falta, nos faltan políticos que quieran conducirnos a la felicidad”, señaló en esa oportunidad.
EL DATO
Don Eusebio donó su biblioteca a la Universidad Católica San Pablo. Unos 5 mil textos que formaban parte de ese peculiar recinto intelectual, que sorprendía a los visitantes que recibía en su casa, pasaron a ser custodiados por esta casa superior de estudios. Allí destacan diversos textos de historia y algunos libros dedicados por el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y el historiador Jorge Basadre Grohmann, a quien consideraba su maestro, pese a que no lo tuvo como tal en las aulas.
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