Gabriel Centeno Andía
Doña Anita tiene 77 años y vive en Alto Libertad, en el distrito de Cerro Colorado, su hija falleció de covid-19 el año pasado y fue uno de los golpes más duros que recibió en toda su vida. Luego de esa fatalidad ella no sabía qué hacer y hasta pensó en acabar con su vida. Sin embargo, pudo superar esa difícil situación bailando.
El año pasado Anita llegó a la Municipalidad de Cerro Colorado para solicitar ayuda social que pudo conseguir, pero además la convencieron para incorporarse a los talleres dirigidos a adultos mayores para realizar actividades productivas y recreativas. También consiguió apoyo sicológico para superar su pérdida. Este año se inscribió para participar de los talleres de verano, pero hace algunas semanas también falleció su esposo.
“Los adultos mayores son muy vulnerables y pese a que muchos creen que por ser mayores son también son fuertes, es casi siempre lo contrario y son bastante frágiles y emotivos, más aún en este tiempo de pandemia. Por eso la municipalidad priorizó atenderlos y ha ofrecido diferentes actividades para que continúen su vida haciendo lo que más les gusta”, asegura Rosa Ramos Pinto, responsable del Centro Integral de Atención del Adulto Mayor de Cerro Colorado.
De los talleres también participa don Juan, que toda su vida se desempeñó como sastre y recientemente vendía los patrones de costura a los colegios para que los estudiantes aprendan a coser, pero con el cierre de los colegios se quedó sin ingresos. “Sin embargo aquí lo ayudamos a confeccionar nuevas cosas como peluches, mandiles con bordados que puede generarle nuevamente ingresos y reactivarse económicamente porque estaba bastante frustrado por la pandemia”, dice Rosa.
Saberes productivos
Desde el 2019, la municipalidad de Cerro Colorado realiza actividades dirigidas a los adultos mayores, algunas de ellas son gimnasia, costura, cocina, juegos para adulto mayor, biohuerto, baile, repostería, entre otros, además cuentan con una sala donde difunden videos que los ayuden a disfrutar esta etapa de su vida.
Sin embargo, por la pandemia, debieron suspenderlas, pero empezaron a retormarlas progresivamente el año pasado y esperan reactivarlas por completo este 2022 pues hay gran demanda. Solo en el taller de verano tienen matriculadas a 165 personas y esperan llegar a 1800 durante todo el año.
Casos sociales
Doña Juana es una adulta mayor de 75 años. Ella llegó de Majes junto a su hija Celia que sufre de retardo mental. Ellas venden tumbos que cosechan en su pequeña huerta de Alto Libertad. Ambas participan de los talleres de la comuna y ahora perdieron el miedo y cantan canciones típicas de Chuquibamba luciendo sus ponchitos y sombreros. Celia toca el bombo y su mami canta con mucho sentimiento.
Otro de los casos singulares es el de Francisca que supo abrirse camino de la mano de las plantas medicinales. En casa tiene flor amarilla, panti panti, valeriana, paico, muña, toronjil, matico, entre otras, que suele recomendar a amigos y conocidos que le piden alguna receta para mejorar su salud. Francisca aprendió de su mamá los secretos de las plantas medicinales que a su edad parecen haberle curado hasta la tristeza.
Todos ellos son adultos mayores que buscan una segunda oportunidad para sobreponerse a la pandemia y vivir su vida con tranquilidad y sobre todo en actividad.
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