Desolado y abandonado, así luce el balneario de Tingo por efecto de la pandemia.
El pequeño puerto que antes era el punto de partida para los paseos en botes, está totalmente descuidado.
Lo que antes era un área verde, ahora es un depósito de arbustos que bloquea uno de los ingresos a este recinto.
Un letrero deteriorado por el paso del tiempo, nos recuerda que antes se podía ir a comer a Tingo.
Así se muestra una de las carpas que antes adornaba el balneario y albergaba los juegos infantiles.
Don Abel, es uno de los pocos que comenzó a darle mantenimiento a algunos juegos, esperando la ansiada reactivación.
Lodo y piedras es lo único que se observa en el lago que antes servía para el paseo en botes.
El balneario de Tingo, es un símbolo de la ciudad y su lago una estampa de recuerdos para mucha gente.
La Empresa Municipal de Eventos Culturales (Emecsa), está encargada del mantenimiento de estos ambientes, pero aún no tiene un plan para su reapertura.
Una de las fachadas del balneario de Tingo, luce el descuido que sufrió por la pandemia.
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