Juan Pablo Olivares
En los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, la delegación peruana consiguió 10 medallas de oro, 6 de plata y 16 de bronce, la mejor cosecha de su historia fuera de casa y que le permitió ubicarse en el noveno lugar del medallero.
En un país carente de políticas deportivas que busquen el desarrollo de deportistas de alto rendimiento, mediante infraestructura y apoyo económico; las 32 medallas conseguidas en Santiago, son algo especialmente meritorio.
El triunfo de nuestros representantes en los Panamericanos es una alegría y un orgullo para todos los peruanos. Sin embargo, fueron los propios medallistas quienes reclamaron —una vez más— la falta de apoyo y el maltrato de parte de las autoridades.
Apoyo insuficiente
Si bien es cierto, existe la subvención económica por parte del Estado, mediante el Programa de Apoyo al Deportista (PAD) que va desde S/ 1000 a S/ 5000, estos montos son insuficientes en relación a las necesidades y exigencias a las que se somete el atleta. Más aún, cuando el apoyo está establecido en base sólo a méritos o resultados del deportista.
En este contexto, el periodista deportivo Patrick Espejo, sostiene que el Estado debería apoyar al deportista desde su captación, formación, especialidad, mediano rendimiento, alto rendimiento y élite deportiva.
No obstante, como no hay la seguridad (por diferentes factores) de que el joven talento llegue a ser un deportista de élite, para el Estado, invertir en su preparación desde sus inicios, es un riesgo que no lo puede asumir ni justificar.
“No veo forma de que el Estado pueda aumentar su apoyo económico. Son montos que están acorde a la realidad. Un campeón sudamericano debería ganar más de 5 mil soles, una campeona mundial debería percibir entre 12 mil y 15 mil soles, pero eso no se puede dar porque el Estado no puede superar determinados montos”, lamentó.
Al presupuesto mínimo e insuficiente, se suma la escasa o nula capacidad de gestión de las federaciones, que más allá de seguir de cerca el trabajo de sus deportistas y conocer sus necesidades, deben buscar que las empresas privadas inviertan en un proyecto de mediano y largo plazo que se complemente con el apoyo del Estado. Y muy por el contrario, sólo llevan a los deportistas en formación, incluso a los de élite, a trabajar sin el soporte adecuado.
EL DATO
- Cristhian Pacheco (medalla de oro en maratón en los Panamericanos Santiago 2023) oriundo de Huancayo, se sorprendió porque nadie lo recibió en el aeropuerto a su regreso al país. Tampoco recibió alguna llamada del IPD o la Federación de Atletismo para reconocer su esfuerzo.
- Eriberto Gutiérrez Robles (medalla de bronce en canotaje) rechazó la condecoración del alcalde de Abancay, Raúl Peña. “Qué irónico recibir un reconocimiento cuando el esfuerzo fue solo mío. Realmente, señor alcalde, usted en su momento me negó el apoyo. Todos. Este es esfuerzo mío. Muchas gracias”, dijo entre lágrimas.
Políticas de Estado
Han pasado más de quince días del desarrollo de los Panamericanos de Santiago, donde participaron 700 deportistas nacionales, y los homenajes y reconocimientos por parte de las autoridades están a la orden del día, al igual que la falta de un aumento en el presupuesto económico.
Ese aumento de dinero, ¿debe venir exclusivamente del Estado? Según Patrick Espejo, no necesariamente. Para el periodista, lo ideal es que exista una política de gobierno que le permita a la empresa privada sumarse al trabajo con los deportistas con algún tipo de beneficio real, como la reducción de impuestos, por ejemplo.
Ente autónomo
Otro de los puntos en contra del desarrollo y apoyo de los deportistas, es que, según Espejo, los políticos consideran que el deporte es sólo un entretenimiento o una oportunidad para salir en la foto.
En ese sentido, el periodista considera que el Instituto Peruano del Deporte (IPD) debería ser autónomo. Ya que, para gestionar un incremento presupuestal, el procedimiento a realizar es largo y engorroso, provocando la sensación de abandono en los deportistas.
Lo cierto es que el apoyo y trato a los atletas no ha sido el mejor. Si a esto le sumamos la poca atención popular y cobertura periodística, a los deportistas no les queda otra que seguir trabajando con el apoyo y sostenimiento familiar.
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