Juan Pablo Olivares
La vida del atleta máster Alfredo Riveros Delgado (72), dio un giro en 2014 cuando le diagnosticaron cáncer de próstata. La enfermedad hizo que trastabille en el camino deportivo que había trazado y en los objetivos que había soñado.
Pero no se detuvo, nunca pasó por su cabeza dejar el deporte, por el contrario, decidió luchar contra el cáncer con su mejor carta: el atletismo.
Éxito e incertidumbre
Hasta entonces, participó en torneos nacionales e internacionales. Ganó medallas de oro y plata en el Sudamericano 2012 y en el torneo nacional realizado en Arequipa. Obtuvo cinco preseas doradas.
Llegaron los éxitos y con ellos, la enfermedad. A Alfredo —especialista en los 100, 200, 500 y 1 500 metros— lo operaron. Además, le colocaron inyecciones de hormonas femeninas, porque según le explicó el médico, las hormonas masculinas alimentaban el cáncer y le advirtieron que le ablandarían algunos músculos.
Tuvo miedo e incertidumbre, más aún cuando fue sometido a 50 sesiones de radioterapia. Cuenta que, cada vez que llegaba a su tratamiento, se encontraba con personas de toda edad. El ambiente no era el mejor, pero junto a sus compañeros decidieron crear un grupo llamado Resistir.
“De esa manera las radioterapias las llevábamos mejor, porque todos los que estábamos ahí, éramos candidatos a morir”, recuerda.
El tratamiento duró más de cinco años y asegura que aprendió a vivir con la enfermedad y su tratamiento, pensando siempre en volver a ponerse las zapatillas e ir a entrenar.
Para él, el atletismo le ayudó a recuperarse de todo el trauma y estrés que le provocó el cáncer. “Estaba con depresión, pero volver a la pista y competir fue lo mejor, este deporte es para mí, como un antídoto”, explica orgulloso.
El atletismo como terapia
Gabriela Cáceres, psicóloga y docente de la Universidad Católica San Pablo, dice que la práctica del deporte —en especial el atletismo— es altamente beneficioso no solamente en lo físico, sino también en el aspecto cognitivo y de la salud mental.
Estos beneficios cobran mayor importancia cuando hay una pirámide poblacional que invirtió su crecimiento y cada vez hay más adultos mayores; una población catalogada como vulnerable emocionalmente y ceñida a patologías emocionales por las condiciones que están alrededor suyo.
La especialista sostiene que, cuando uno envejece, no es que no pueda aprender igual que un joven o que pierda inteligencia, pero hay ciertas capacidades que empiezan a decrecer como la velocidad de procesamiento y la flexibilidad cognitiva. Dos procesos que, con el ejercicio se estimulan.
Otro beneficio de hacer deporte, según Cáceres, es que genera una explosión positiva de neurotransmisores ligados a los estados emocionales positivos como la dopamina, que genera sensaciones de placer; la noradrenalina, que se relaciona con la motivación y activación y también los niveles de serotonina, que la catalogan como la hormona de la felicidad.
Asimismo, la especialista asegura que no solo los beneficios son físicos y mentales, también permiten ver que un anciano aún es útil para la sociedad. “Ellos ya no se sienten una carga, sino más bien son un ejemplo”, sostiene.
Volver a la vida
Para Alfredo Riveros, el atletismo representa un estilo y forma de vivir. Como en su vida, es en el deporte, por eso volver a las pistas no representó para él ningún sacrificio.
Entrena de lunes a sábado en el estadio Melgar por espacio de dos horas. Lo hace con ahínco y pasión, tanto que, por un sobre esfuerzo tuvo una lesión en el tobillo.
El atleta volvió a la competencia internacional, lo hizo en Arica (Chile). Su reaparición fue inolvidable y exitosa, ganó seis medallas: cinco de oro y una de plata. Ahora se prepara para el sudamericano máster en el mes de noviembre en Bogotá (Colombia).
Alfredo quiere destacar otra vez en el deporte base y aunque el cáncer es parte del pasado, aparecieron otras enfermedades. Le duelen las manos y dedos, y le diagnosticaron artritis reumática y artrosis en los hombros. Por si fuera poco, también padece de Parkinson.
Pero fiel a su estilo, Riveros dice que todo está controlado y que continuará corriendo “Le debo mucho al atletismo, me salvó la vida y me mantiene activo y feliz”, sentenció.
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