Todos podemos ser mejores padres de familia si aprendemos a darles más atención.
Jorge Pacheco
Educador
El talento es el fruto de todo el proceso educativo. Todos podemos mejorar nuestro talento a lo largo de toda la vida por medio del aprendizaje y de entornos favorables. Al desarrollar el talento de los niños y los adolescentes estamos formando ciudadanos del siglo XXI.
La Universidad de Padres, una interesante iniciativa a la que uno puede llegar a través de internet, hace referencia a ocho claves para liberar el talento de los hijos, que pongo a consideración de los lectores.
Importancia del juego
El juego, y sobre todo el juego libre, es la actividad fundamental de la infancia. El jugar es una forma de aprendizaje en sí mismo, mediante el cual los niños adquieren habilidades sociales, cognitivas, lingüísticas y emocionales. Es su forma de conocer el mundo, explorar el entorno, poner a prueba sus capacidades y ensayar las destrezas que les serán necesarias para la vida adulta.
En el niño, el juego es una actividad espontánea y placentera. Los padres deben buscar momentos para jugar con sus hijos y para que ellos jueguen con otros niños, y también dejarles jugar solos.
Los padres deben buscar momentos para jugar con sus hijos y para que ellos jueguen con otros niños, y también dejarles jugar solos.
El desarrollo del lenguaje
La razón es simple: el lenguaje es la base de la convivencia. Hay mucho que se puede hacer desde el entorno familiar para apoyar a los hijos en el desarrollo del lenguaje. Existen sencillos trucos y hábitos que se pueden incorporar al día a día para estimular el habla y el lenguaje desde el nacimiento. Incluso, poco a poco, se puede ir introduciendo el amor por la lectura.
El contacto con los libros es de gran relevancia para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Leer es una actividad esencial para todo proceso de aprendizaje, aparte de ser una enorme herramienta de desarrollo personal y social.
La relación con la escuela
Numerosos expertos señalan que la colaboración familia-escuela es una pieza clave del éxito educativo. Y lo cierto es que en nuestro país esta relación no es tan fluida como debiera. Hay cierta desconfianza entre ambas esferas, que parecen olvidar que comparten el mismo objetivo.
Abrazar la creatividad
Una gran cantidad de personas sigue pensando que la creatividad es un don especial vinculado exclusivamente al mundo del arte. Pero crear es una de las actividades humanas más satisfactorias y, por suerte, está al alcance de todos.
Una buena convivencia familiar pasa por generar una relación de confianza, respeto, cariño y comunicación.
La creatividad sirve para resolver problemas de todo tipo, aumenta nuestros recursos, nos ayuda a ver más opciones y amplía nuestras posibilidades. Pero lo más importante es saber que es una destreza ideal para trabajar en familia. A los niños les entusiasma ser creativos y es una excelente manera de pasar tiempo en familia.
Visión equilibrada de las TIC
Se repite sin cesar que los niños son nativos digitales, pero, aunque parece que se manejan de manera natural con todo tipo de dispositivos y aplicaciones, necesitan orientación y regulación externa.
Los padres tienen que acompañar a sus hijos en su andadura digital, y para hacerlo tienen que conocer el mundo digital. La dificultad primera a la que deben enfrentarse los padres de familia es que ese mundo digital cambia tan deprisa que es difícil seguir su ritmo.
El enfoque de la Universidad de Padres no se centra en los posibles peligros, sino en las opciones que ofrece. Queremos sacar el máximo partido a las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) minimizando los riesgos y promoviendo un uso positivo, crítico y creativo de las herramientas digitales.
Conocerse
Aprender a cultivar la interioridad nos ayuda a vivir plenamente, nos enseña a relativizar y a centrarnos en lo esencial.
Educar desde dentro es una labor muy importante, ya que a través de ella los niños van interiorizando quiénes son y quiénes pueden llegar a ser. Una educación consciente les proporciona la oportunidad de descubrirse como parte esencial de una totalidad, en vez de como alguien insignificante o fragmentado. La educación del interior tiene efectos positivos en el desarrollo de la autoestima, la confianza, la autonomía y el equilibrio emocional. Debemos practicar en familia este autoconocimiento.
La adolescencia
Parece un periodo de crisis, conflictos y zozobra familiar, pero también puede significar un tiempo de enormes posibilidades.
La neurología nos informa que estamos ante una segunda edad de oro del cerebro, en la que este se reconfigura por completo. Se trata de un proceso largo y complejo, durante el cual se produce una auténtica revolución neuronal, se crean nuevas conexiones, aumenta la plasticidad.
Toca adquirir nuevas fortalezas, suplir carencias, iniciar proyectos, construir la propia identidad.
Convivencia y comunicación
El tránsito de la niñez a la adolescencia y de la adolescencia a la juventud implican una profunda transformación en nuestros hijos. Estos cambios son decisivos para el desarrollo de su identidad y van a afectar su forma de pensar, sentir, actuar y relacionarse.
Una buena convivencia familiar pasa por generar una relación de confianza, respeto, cariño y comunicación. Esta relación no se crea ni se mantiene por sí sola, sino que se va construyendo cada día y debe comenzar a cimentarse desde la primera infancia para que, cuando llegue la adolescencia, nuestro edificio familiar sea lo más
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