Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno de la Universidad Católica San Pablo
La salida de Alberto Otárola de la Presidencia del Consejo de Ministros, es una remoción que no quería Dina Boluarte por la confianza que demostró tenerle al principal alfil de su gobierno. Sin embargo, el escándalo de los audios con Yaziré Pinedo terminó por confirmar la información que se venía filtrando hace semanas por medios periodísticos, sobre el intercambio de contratos en el Estado por favores de índole personal.
Lo que llama la atención es que Yaziré no sólo ha mencionado que ha tenido vínculos con Otárola, sino también con el expresidente Martín Vizcarra y el gobernador de La Libertad César Acuña, quienes han salido a negar cualquier vínculo con la joven de 26 años. No obstante, ella mostró ante la televisión nacional una fotografía con el primero y un chat con el segundo.
Al final, la espera no tomó mucho tiempo y el elegido por la presidenta Boluarte fue Gustavo Adrianzén, uno de sus principales escuderos en el campo internacional. Vuelve al país, investido como premier, tras ser embajador del Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington D.C., donde defendió la actuación del gobierno en dos espinosos temas: la interpretación del uso legítimo de la fuerza en la contención a las protestas violentas que dejaron 50 fallecidos en nuestro país; y la legitimidad de la entrega del indulto presidencial a Alberto Fujimori el año pasado.
La línea de continuidad de Adrianzén con Otárola puede observarse primero, porque tienen en común un pasado humalista —fueron ministros en el gobierno de Ollanta Humala—; segundo, por la defensa de ambos a las actuaciones de la presidenta y tercero, porque en la juramentación del nuevo premier no se produjo cambio alguno en la composición del gabinete, dejando todo igual.
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