Gabriel Centeno Andía
El departamento de ‘Pepa’ Granda ha sido invadido por máquinas de costura. En el piso ahora se ven algunos retazos de tela e hilos que usa para confeccionar algunas prendas. Su negocio es la moda, en realidad lo ha sido desde que nació. Ella creció en medio de talleres y tiendas porque su familia se dedicaba, principalmente, a la fabricación y comercialización de calzado.
Ver a su padre Juan Ignacio madrugar para cortar los moldes de zapatos y avanzar el trabajo, es algo que ella aprendió y ahora pone en práctica. Aunque en tiempo de pandemia, levantarse antes que salga el sol, no es garantía de que las cosas saldrán bien.
“Cerramos la tienda que teníamos en Antiquilla a fines de febrero y alistamos todo para la gran apertura. La fecha programada fue el 18 de marzo y hasta decidimos darnos un descanso para cargar energía, ¡mira cómo son las cosas!, hasta ahora no podemos abrir”. Roxana Granda Tapia.
Roxana Granda Tapia estudió Administración de Negocios en la Universidad Católica San Pablo y luego inició su sueño en el Centro de Altos Estudios de la Moda (CEAM) y hace tres años puso en marcha el emprendimiento más importante de su vida. Blanco Concept Store es la marca que creó para exhibir todo su talento en la moda y no le fue nada mal. Ante ese panorama prometedor se proyectó a que este año sería el de mayor crecimiento y hasta programó la apertura de una nueva tienda en Umacollo, en el Cercado de Arequipa.
“Cerramos la tienda que teníamos en Antiquilla a fines de febrero y alistamos todo para la gran apertura. La fecha programada fue el 18 de marzo y hasta decidimos darnos un descanso para cargar energía, ¡mira cómo son las cosas!, hasta ahora no podemos abrir”, cuenta con nostalgia al recordar cómo el 16 de marzo se dispuso el estado de emergencia nacional por el COVID-19.
Pero esta situación le ha permitido replantear sus objetivos como emprendedora y como persona. Ha encontrado la oportunidad para sacar el máximo provecho y reinventarse. Ahora arriesga, no tiene miedo y le va bien.
“Cuando uno empieza un empredimiento hay muchos temores, se programan las cosas y tiene mucha cautela. Es natural, pero en mi caso me percaté que estaba haciendo las cosas de una manera muy distinta a lo que quería. Siempre quise crear, era mi naturaleza, pero no lo hacía porque me dedicaba a lo administrativo y a la venta, pero ahora la tengo clara y sé cómo quiero hacer las cosas”, asegura muy confiada.
Un modelo de solidaridad
La empresa de Pepa es ahora un lienzo en blanco que se puede pintar de cualquier color. Por ahora el tono de la solidaridad le sienta muy bien. Ella ha cosido 300 mascarillas protectoras que puso en venta con la finalidad de ayudar a las personas más vulnerables por la pandemia.
“Cuando empecé a salir a la calle usaba una mascarilla que me producía alergia y me cosí una con diferentes capas. En la calle mis amigas me preguntaban dónde la había conseguido y pensé en hacer algunas para ellas, para mi familia y empezar a comercializarlas”, recuerda.
Pero no tenía sentido solo vender aprovechando la pandemia, así que decidió donar parte del dinero obtenido por la venta de un paquete de 3 mascarillas. Es decir, por cada pack, que cuesta 30 soles, Blanco dona 10 soles a Enlazando, que es la organización a cargo de canalizar la ayuda. En solo un mes alcanzaron la meta establecida.
“Tengo claro a dónde queremos ir con mi equipo y definitivamente seguiremos realizando labores sociales”.
Roxana Granda Tapia
Pero no solo eso, cuando empezaron con el tema de las mascarillas se presentó una oportunidad para confeccionar ropa clínica. En plena crisis sanitaria era todo un reto. “Y lo asumimos. Es una gran responsabilidad producir este tipo de prendas porque no se puede vender de ‘manera criminal’ cuando el personal de salud está muriendo. Investigamos y aprendimos mucho para entregar un producto de calidad. Fue una experiencia que nos abrió la oportunidad a otro negocio que antes no lo hubiéramos hecho y también fue un golpe de suerte por la situación que pasábamos como empresa”, revela.
‘Bioprotect’ es la marca que nació para proteger al personal de salud en algunas clínicas de Arequipa y es un rubro en el que piensan mantenerse. “Realmente nos hemos comprometido con esta nueva faceta y la trabajamos con más responsabilidad. A mí me marcó mucho la pandemia, he sentido miedo y no salí de mi casa un buen tiempo, pero ahora siento que he despertado a lo que quería como empresa”, afirma.
Tiempo para crear
‘Blanco Basics’ es una subcategoría dentro de Blanco Concept Store que también nació en pandemia y que incluye una colección de prendas más casuales para permanecer en casa y que tienen gran demanda en los clientes de Pepa.
Las redes sociales han sido las aliadas perfectas para retomar las actividades de Blanco y en alguna oportunidad lograron vender hasta más que en la tienda.
“Tengo claro a dónde queremos ir con mi equipo y definitivamente seguiremos realizando labores sociales. Ahora me doy cuenta que todo se trataba de tomar la decisión y empezar, sin miedos ni dudas”, afirma, mientras toma su cuaderno para realizar uno de sus pasatiempos favoritos, dar rienda suelta a su imaginación y escribir las más osadas ideas de negocio.
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