El jugador es uno de los pocos arequipeños que integran la plantilla del FBC Melgar.
Juan Pablo Olivares
Paolo Fuentes está feliz. El futbolista del FBC Melgar, consiguió lo que siempre soñó: fue convocado a la selección peruana. Además, a sus 24 años y tras su debut en el fútbol profesional en julio de 2017 es titular en el equipo arequipeño, y volvió a ganarse el cariño del hincha rojinegro. Sin embargo, llegar a esto le costó mucho.
“Sufrí bastante. Junto a mi madre trabajé en Chincha de cargador. Después aquí en Arequipa trabajé haciendo malabares con una pelota de trapo en los semáforos. Así conseguía algo de dinero y se lo daba a mi madre. A veces solo alcanzaba para comer arroz con huevo”, recuerda con una mezcla de pena y orgullo.
La infancia del defensa no fue sencilla. Esa etapa se caracterizó por la necesidad y falta de dinero. En Melgar —como en su vida— también la luchó, sin embargo, el destino de Paolo estaba marcado por el talento, la perseverancia, el esfuerzo y la paciencia. Virtudes que el futbolista reconoce le inculcó su abuelo paterno para perseguir su sueño futbolístico. “Mi abuelo me despertaba a las 5 de la mañana para ir a entrenar, luego me llevaba al colegio y en la tarde volvíamos a entrenar”, recuerda.
Fuentes, lleva el fútbol en la sangre. Su padre Paúl Fuentes, jugó en el FBC Melgar en los años 90 y su abuelo Guillermo Fuentes, fue figura también con la camiseta rojinegra en los 70. Así, Paolo se convirtió en la tercera generación que viste la camiseta del “dominó”.
Ahora, el futbolista disfruta y se siente orgulloso de lo que ha conseguido. Asegura no sentir vergüenza de su pasado, y busca sobresalir no solo en el fútbol peruano, también quiere jugar en el extranjero.
Verse y sentirse bien
Como muchos futbolistas Paolo, se considera metrosexual. Dice que le gusta cuidar su cuerpo y estar siempre presentable para cualquier situación. Sus cortes de cabello, tintes, además del vestir siempre a la moda, dan fe de ello.
Pero si algo llama la atención en el deportista, es la cantidad de tatuajes que tiene. Unos más vistosos y coloridos que otros. En su cuerpo lleva siete tatuajes y asegura que vendrán muchos más.
Entre los que resaltan están: el rostro de un león, el estadio de la UNSA, la imagen del infierno y el cielo que representan el bien y mal, una dedicatoria a su madre, entre otros. Aunque la mayoría de tatuajes en los futbolistas es por pura moda, para Fuentes cada tatuaje en su cuerpo, tiene una razón especial.
“Mis tatuajes me recuerdan de dónde vengo; tienen un significado. Son las historias de mi vida que me marcaron para siempre”, dice.
Pero a Paolo Fuentes, no solo le apasiona el fútbol, la gastronomía es también lo suyo. Cada vez que puede, deleita a su familia y amigos con su sazón. Asegura que su especialidad son los pescados y los mariscos. “Me hace sentir bien cocinar y es una manera de disfrutar y compartir con mi familia lo que Dios me da”, sostiene.
A pesar de que tiene un largo camino por recorrer en el fútbol, piensa retirarse a temprana edad. Dice que le seduce la idea de estudiar para ser un gran director técnico e incursionar en el rubro de la gastronomía.
Por ahora, lejos de Arequipa, Fuentes disfruta de la selección y su buen momento. Su talento y perseverancia le sirvieron para llegar a ser un futbolista profesional. Las carencias terminaron gracias al fútbol.
EL DATO
Tras jugar varios años en la reserva del ‘dominó’, el técnico Juan Reynoso lo hizo debutar en primera división (2017) y así pudo firmar su primer contrato como futbolista profesional.
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