Juan Pablo Olivares
Los días de Hugo Ruiz Calle, campeón en la prueba de ómnium (la prueba madre del ciclismo de pista) en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, transcurre entre homenajes, entrevistas y reconocimientos.
El encuentro con el deportista es en el Centro de Alto Rendimiento de Arequipa (CAR), exactamente en el velódromo, donde hay cerca de diez ciclistas entrenando y que hacen una pausa en su rutina para tomarse una foto con el campeón panamericano y felicitarlo. Algunos le dan la mano y otros más efusivos, le dan un beso y un abrazo.
Son las consecuencias de cumplir con la mayor hazaña de su carrera deportiva y convertirse en el primer deportista en darle una presea dorada al Perú en esta disciplina deportiva.
De todas formas, al ciclista no le alcanza el tiempo para disfrutar y compartir el logro conseguido, ni mucho menos dormirse en sus laureles. En el ciclismo hay sueños a corto, mediano y largo plazo. Algunos se cumplen y otros no, al menos no al instante y eso Hugo, lo sabe muy bien.
Ahora mismo, aunque está en un descanso activo, Hugo ya piensa y planifica cómo cumplir el próximo objetivo: los Juegos Olímpicos de París 2024.
Camino a París 2024
Hugo Ruiz, quiere ratificar que es uno de los ciclistas revelación en Perú. Su triunfo en los Panamericanos de Santiago, lo obligan a ir por más. Para él, ya no será nuevo luchar por el oro, aunque esta vez quiere el oro olímpico.
El objetivo es difícil pero no imposible de conseguir. En esta disciplina, la clasificación a los Juegos Olímpicos es únicamente por ranking, que se cierra en abril próximo. Es decir, Hugo, está con el tiempo justo para obtener la mayor cantidad de puntos y acceder al boleto para París 2024.
Para ello, el ciclista, que radica en Arequipa hace más de diez años, explica que es necesario estar presente en cuatro competencias internacionales de nivel. En febrero, será la Copa del Mundo en Australia, en marzo la Copa del Mundo en Hong Kong. Luego en abril, se llevará a cabo el Campeonato Panamericano en Estados Unidos y, finalmente, la Copa del Mundo en Canadá a fines de abril.
“Sería ideal que esté en todas las competencias, pero eso dependerá del apoyo de las autoridades y de la empresa privada, ya que demanda una gran inversión económica”, advierte el deportista.
Reconocimiento y visibilidad
Mientras nos dirigimos al gimnasio, Hugo reconoce que le gusta que la gente reconozca el esfuerzo y sacrificio que hace y aprovecha el momento para dar un mensaje:
“Con todo esto trato de visibilizar más este deporte y aprovecho la oportunidad para pedir más respeto para el ciclista que sale a las calles a pedalear”, dice con firmeza.
El ciclista, nacido en Chulucanas, Piura, que empezó a pedalear desde los cinco años y al que nadie consiguió bajar de la bicicleta, ganó la medalla de oro más importante —hasta ahora— de su carrera, en una época en la que subirse a una bici todavía acarrea todo tipo de limitaciones y sacrificios.
Amor incondicional
Aunque hoy goza de popularidad y reconocimiento, Hugo admite que fue un camino lleno de retos y obstáculos. En un inicio, el deportista tenía que buscar sus propios recursos económicos para entrenar y viajar fuera del país a competir.
“Tenía amigos que hacían colecta para cubrir algunos gastos y también mi propia familia buscaba de donde sea los recursos para que no me falte nada”, recuerda.
Fue su abuela, Bertilde Zea, quien sacaba préstamos bancarios para que a Hugo no le falte nada. Era ella quien lo alentaba a cumplir sus sueños. Aunque hoy, su abuelita ya no está con él, su amor se mantiene intacto entre recuerdos, sonrisas y amuletos
“Me encomiendo a ella en cada competencia. A pesar de que mi abuelita falleció en la pandemia por el covid-19, la tengo siempre en mis recuerdos”, dice con mucha nostalgia.
Un nuevo ciclo olímpico
Llegar a lo más alto en el ciclismo, es un trabajo de años. Es entrenar todos los días por más de cuatro horas. Hay que ser perseverantes, aun cuando las lesiones y necesidad económica ponen en duda los objetivos.
Pese a todo, Hugo Ruiz quiere seguir practicando este deporte porque es su pasión. Asegura que, si no llega a estar en los Juegos Olímpicos de París 2024, buscará dar lo mejor en los próximos Juegos Bolivarianos, a llevarse a cabo en Perú, y así empezar un nuevo ciclo olímpico.
Mientras llegue ese momento, Hugo, pasa unos días de relajo junto a su familia en Chulucanas, Piura, capital de la cerámica, artesanías y del buen limón y mango. Ahí, el campeón es feliz al recordar y añorar sus inicios en el deporte en el que hoy es el mejor.
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