Juan Pablo Olivares
A Estaban Palomino (21), de niño le llamaba la atención el dibujo y la pintura, pero antes de convertirse en un artista, descubrió la natación a los diez años.
Al inicio, le dijeron que no tenía las condiciones suficientes para ser un nadador de alta competencia y se quedó al margen del equipo principal del Club Internacional al que pertenece.
Cinco años más tarde, empezó a destacar y ganar competencias nacionales e internacionales en la categoría infantil. A los 16 años, ya lo hacía en las pruebas de mariposa y combinado (mariposa, espalda, pecho y libre). Es entonces que, Esteban, decide convertirse en un nadador de alto rendimiento.
Su pasión y entrega a este deporte, le han dado muchas alegrías y la posibilidad de convertirse en uno de los mejores nadadores de Arequipa. “Mi objetivo [antes de la pandemia] era llevar a cabo mi ciclo olímpico* y clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024, pero ya no sé si podré lograrlo debido a la pandemia”, dice.
La realidad del nadador arequipeño, es común a la de muchos deportistas. Esteban, tiene sensaciones encontradas; la certeza de tener un plan de entrenamiento y cumplir con los objetivos a corto, mediano y largo plazo, se convirtió en una incertidumbre debido a que, no pudo mantener su rutina de entrenamiento a causa del cierre de las piscinas durante la extensa cuarentena decretada por el COVID-19.
“La pandemia me ha perjudicado mucho. Por un tema de aforo y horarios, no puedo entrenar los días y horas necesarias. Antes entrenaba todos los días 3 a 4 horas, ahora lo hago tres veces a la semana y solo 2 horas”, lamenta.
Cambio de planes
El deportista dice que, es difícil planificar un trabajo a largo plazo, debido a las restricciones y aunque los sueños están intactos, la pandemia le enseñó a establecer sus prioridades para replantear sus objetivos.
“Quizás mi objetivo, ya no sea los Juegos Olímpicos de París sino de Los Ángeles 2028. Las grandes cosas que quería lograr, pasan a un segundo plano. A pesar que sé, cómo llegar y conozco la ruta para convertirme en un deportista olímpico, me pregunto si tendré las mismas condiciones y la misma motivación. Todo cambia”, sostiene.
La natación, al desarrollarse en un espacio cerrado, fue uno de los deportes más perjudicados por la pandemia, pero a pesar de las dificultades, Esteban tomó la decisión de seguir nadando con la esperanza de volver a tener competencias oficiales.
Mientras se reanuden las competiciones, el deportista se centra en terminar su carrera universitaria. Cursa el cuarto año de Ingeniería Industrial en la Universidad Católica San Pablo (UCSP) y forma parte del Programa de deportistas de alta competencia (Prodac), que según Esteban, fue fundamental para su desarrollo deportivo y académico en tiempos difíciles como la pandemia.
*Periodo de cuatro años entre olimpiada y olimpiada.
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