Juan Pablo Olivares
A sus 24 años, Álvaro Ballón Rojas mantiene la alegría, tranquilidad y recuerdos de aquel niño que disfrutó de jugar al fútbol desde muy pequeño. “Me siento bien a pesar de la decisión que tomé. Siempre me esforcé al máximo, pero ahora tengo otros objetivos”, reflexiona después de anunciar hace unos días, el final de su carrera futbolística en un emotivo mensaje en sus redes sociales.
Experiencia copera
Las experiencias y cicatrices no son perceptibles en Álvaro después de una carrera aparentemente exitosa, si se toma en cuenta su paso por la Copa Perú en diferentes clubes como el Sportivo Huracán, FBC Aurora, Los Tigres de Cayma, el Nacional de Mollendo y su experiencia ganada con el Binacional en el fútbol profesional, aunque no llegó a debutar.
Álvaro, al fin y al cabo, no se arrepiente de nada y sólo siente un agradecimiento eterno a todo lo que le dio el fútbol. Un deporte que lo heredó de su padre, Álvaro Ballón Dávila, exjugador que también jugó la Copa Perú, y en el fútbol profesional defendió la camiseta del FBC Melgar en los años 90.
Derecho Deportivo
Pero, ¿cuál es el motivo de su temprano fin en el fútbol amateur? Los estudios. “Mi papá siempre me dijo que del fútbol no se puede vivir, que no dura para siempre. Es por eso que tenía que estudiar una carrera profesional, sí o sí”, confiesa.
Y así es, el exfutbolista, estudia la carrera profesional de Derecho en la Universidad Católica San Pablo (UCSP). Ingresó en 2016 y ahora, su prioridad es terminar los estudios y especializarse en Derecho Deportivo.
Una especialidad que no es muy popular ni conocida en el Perú, pero que según Ballón es ideal para mantenerse vinculado con el fútbol y, sobre todo, ayudar y asesorar a los más jóvenes como él, que sueñan con llegar a ser futbolistas profesionales.
“Me gustaría que el futbolista amateur tenga un mejor trato y condiciones para entrenar y jugar. También debería haber convenios con universidades o institutos para que puedan estudiar”, asegura.
Objetivo profesional
Para Álvaro, la noticia de que un futbolista estudie y alcance un título universitario debería ser más frecuente y común. Sin embargo, reconoce que estudiar y ser deportista de manera competitiva le fue muy complicado, al punto de que, en más de una oportunidad pensó en abandonar los estudios.
Aunque le echaba ganas, los tiempos le jugaban en contra. Cuenta que muchas veces llegaba a las clases sobre la hora tras un entrenamiento y, en otras ocasiones, tenía que llevar botellas con agua para bañarse en pleno campo de juego.
Además, el joven universitario, es consciente de que los objetivos en el fútbol (llegar al nivel profesional) eran ya lejanos, debido a que sus condiciones y talento no eran suficientes para lograrlo.
“El fútbol me dio muchas alegrías y amistades, pero también me quitó la posibilidad de cumplir otros objetivos, como terminar mi carrera a tiempo o pasar más tiempo con mi familia”, confiesa.
Tras jugar ocho años en la Copa Perú, Álvaro se dedicará a tiempo completo a los estudios y la práctica del fútbol será sólo recreativa. En menos de dos años, espera graduarse como abogado y compensar de alguna manera, el no haber podido llegar a ser futbolista profesional.
“Siempre estaré agradecido a mi familia y a mi amiga Belén Málaga, porque fueron ellos los que me apoyaron cuando decidí dejar el fútbol y me motivan a terminar con mis estudios”, contó
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