Kelly Castillo Mamani
La culminación de la construcción del tramo II de la autopista de la variante de Uchumayo, principal vía de ingreso a Arequipa, es incierta. La obra, que duraría siete meses desde su inicio en enero, no tiene plazo fijo de entrega. Primero se dijo en agosto, ahora se dice en noviembre; y por más que Yamila Osorio, la gobernadora regional, se haya comprometido a terminarla antes de finalizar su gestión, nada asegura que esto sea así.
En un reciente comunicado, el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) aseguró que “en los próximos días, la Gerencia General y la Gerencia de Supervisión darán a conocer el reajuste del cronograma y los plazos” para asegurar que la obra se concluya íntegramente. Ese reajuste implicaría un incremento de tres millones de soles al presupuesto inicial de 119 millones de soles.
Pero mientras eso se define, las demoras vienen generando malestar y perjuicios económicos en un gran sector de la población: vecinos, agricultores, obreros, pasajeros, transportistas y también las empresas en el parque industrial y su zona de influencia.
Jorge García La Rosa, gerente de la Asociación de Empresas del Parque Industrial de Arequipa (Adepia), precisó que la obra está “generando pérdidas económicas”, ya que provoca retrasos en el ingreso y salida de los camiones de carga que trasladan mercancías. “Antes se tardaban una hora y media y ahora lo hacen en tres”, dijo. Aunque no se atrevió a dar un monto, sí indicó que afecta a las 45 empresas asociadas (de quince rubros) que operan allí.
El caos vehicular también perjudica a los 6 500 trabajadores de la zona industrial. García La Rosa sostuvo que a ellos se suman los proveedores y los pasajeros del Terminal Terrestre de Arequipa, que se movilizan diariamente. Entre todos, estimó que son más de 20 000 las personas afectadas. “Esta obra ha puesto de cabeza a toda la ciudad”, aseveró tras advertir que los retrasos también afectarían la competitividad de Arequipa, ya que los inversionistas lo pensarían dos veces antes de ingresar a una ciudad donde “las obras públicas, lamentablemente, se hacen tarde y mal”.
La semana pasada, Adepia presentó videos de la variante de Uchumayo grabados con un dron, entre las 8:00 y las 9:00 horas, que dejaron al descubierto el ritmo de los trabajos. “Es una preocupación grande porque, prácticamente, no hay trabajo, y a ese ritmo las obras no se acaban este año”, lamentó. Las imágenes dejaron ver, además, hasta cinco bolsones de agua que afloraron tras un mal estudio de suelos, “producto de una mala praxis de ingenieros y arquitectos”, se quejó.
El pedido de los empresarios —y de la población— es que se trabaje con más celeridad, pues se corre el riesgo que la obra se aplace al ingresar una nueva autoridad regional, lo que agravaría más este problema.
Pero esos no son los únicos “costos y perjuicios” que se le cargan a Arequipa. La variante de Uchumayo en sus tres tramos (4.7 km), según estimó Adepia, costaría S/ 520 millones, incluyendo las expropiaciones de terrenos. Por cada kilómetro se gastaría alrededor de S/ 110 millones, cuando en Europa la misma intervención demandaría entre US$ 116 000 y US$ 215 000 (entre S/ 380 000 y S/ 700 000).
Importante
Otros tropiezos. El tramo I tardó seis meses más de lo previsto y el tramo III, que debió culminarse en once meses, fue abandonado por la contratista ICCGSA, lo que obligó al GRA a ejecutarlo directamente.
Discusión sobre el post