Destrabar este proyecto en las actuales condiciones requiere, una vez más, modificar el contrato de concesión.
Rolando Vilca Begazo
En este momento, cualquier alternativa que se adopte para destrabar la ejecución del proyecto Majes II y retomar su construcción en el corto plazo, incluye la aprobación de la adenda 13 por un costo adicional de US$ 104 millones, pero ¿qué incluye esta nueva modificación del contrato de concesión, suscrito entre el Gobierno Regional Arequipa y el concesionario Cobra?
Días atrás, Joaquín Roura Portillo —representante de la empresa española Cobra— en una reunión convocada por el Movimiento Independiente Cívico Arequipa, explicó que la adenda 13 va más allá del simple cambio de canales abiertos por tuberías o para evitar la pérdida de agua por evaporación, como se cuestiona en varios foros de discusión. Veamos.
Pérdidas de agua
En el 2010 el caudal ecológico que se debía garantizar para la provincia de Espinar (Cusco) —después del transvase de las aguas del río Apurímac— era de 0.5 metros cúbicos por segundo (m3/s), en el 2015 cambió a 2.4 m3/s. Esta variación reduce en 50 millones de m3 el agua disponible para Majes II.
Además en el 2015 no se tomó en cuenta las pérdidas ocasionadas por el uso de canales abiertos, lo cual llegaría a un 5%. Si esto se cuantifica nos darían otros 30 millones de m3 adicionales, con lo que las pérdidas de agua serían de 80 millones de m3 al año. El cambio tecnológico de la adenda 13, corregirá este problema.
Resistencia a sismos
A eso hay que añadir que desde el 2010 cambiaron las normas vinculadas a las construcciones resistentes a los sismos. De un coeficiente sísmico de 0.20 se pasó ahora a 0.45, con ello, según Roura, las estructuras de hormigón de la represa se deben reforzar “y eso no estaba considerado al inicio”.
En el 2010 tampoco se tomó en cuenta la existencia de restos arqueológicos que dificultaban la ‘parcelización’ de las tierras de Majes II y tras la intervención de Ministerio de Cultura, se debe reubicar 4 000 hectáreas que estarán ahora en una zona adyacente a Santa Rita de Siguas. “No hay otra opción”, sentencia Joaquín Roura.
En cuanto al cambio climático, el empresario aclaró que no se consideró la pérdida de ningún m3 de agua por evaporación. “Lo que sí es un problema y que se debe evaluar es el efecto de El Niño por la activación de quebradas secas”, añadió.
Más tomas de agua
Otro punto importante es que en el contrato de concesión original se dispuso la habilitación de solo 98 puntos de agua. Con ello al dividir las 38 500 ha de terrenos entre estas tomas de acceso al recurso hídrico, se obtendrían parcelas de 392 ha. Ahora, se habilitarán 200 tomas de agua de tal forma que se contarán con parcelas de 200 ha.
Riego tecnificado
Por otro lado, al inicio se dispuso que los propietarios de los terrenos debían construir sus propios reservorios e instalar tuberías para conseguir la presión de agua necesaria a fin de contar con riego tecnificado en sus parcelas.
Según Roura, para contar con riego tecnificado se requiere una presión mínima de 32 m.c.a. en la entrada de cada parcela. Además, ahora que se habla de riego por goteo, con mayor razón se requiere de más presión. “Eso ayuda a obtener una mayor rentabilidad del cultivo”, detalló.
El problema es que en las actuales condiciones —según los estudios técnicos de Cobra— cerca del 80% de parcelas tendrían problemas para implementar el riego tecnificado. La solución para ello era que los propietarios de las parcelas, construyan reservorios a casi 4 km de sus terrenos y claro, tender tuberías por 4 km de longitud. Todo ello demandaría una inversión costosa y adicional de parte del propietario de las parcelas.
Frente a esta situación la solución propuesta e incorporada en la adenda 13, es disponer de una presión mínima de 47 m.c.a. en cada toma de agua, y además se dejarán reservorios intermedios, en caso se genere una presión mayor a la necesaria y se requiera reducirla.
Roura, explicó que esta alternativa permitirá además subdividir el 16% de las parcelas (unas 30 de 200 has cada una) con fines sociales. Es decir para permitir que pequeños agricultores a través de la asociatividad accedan a las tierras de Majes II y que puedan desarrollar agricultura con riego tecnificado sin ningún problema.
Nuevas ciudades
Dentro de la habilitación de puntos de agua, en la adenda 13 también se incorpora la provisión para cuatro centros agroindustriales en las pampas de Siguas y dos centros poblados: uno ubicado en la parte alta (San Francisco de Siguas) y otro, cerca de Santa Rita de Siguas. “Tal como lo solicitó el Gobierno regional”, precisó Roura.
De no habilitarse estos puntos de agua, según el representante de Cobra, se tendría que hacer una inversión posterior de 45 a 50 millones de dólares.
Mayor caudal
Con estos cambios, agrega Joaquín Roura, se tendrá que aumentar el diseño de los canales de conducción ya que se pasará de un caudal de 24.15 m3/s a 25.35 m3/s y para ello se contará con un túnel de 11 km con dovelas de hormigón armado. Así se llevará el agua hasta las pampas de Siguas y desde allí, se distribuirá por tuberías presurizadas.
Garantía soberana
Por último, la adenda 13 establece que el costo de este “cambio tecnológico” que bordea los US$ 104 millones, no se pagará hasta un año después de que se haya culminado la construcción del proyecto Majes II. Es decir, de aquí a 5 años, pero para garantizar este pago, la concesionaria Cobra “quiere una garantía soberana de parte del Gobierno nacional” por si el Gobierno regional de Arequipa no cumple con esta obligación.
Estos son los temas que se tienen que clarificar en los siguientes días para convencer, no solo a quienes cuestionan esta modificación del contrato de concesión, sino a los consejeros regionales, quienes en definitiva deberán aprobar o no la adenda 13 y con ello el reinicio de Majes II.
Discusión sobre el post