Christiaan Lecarnaqué
Luego de ganar el Premio Nobel de Literatura en 2010, Mario Vargas Llosa estrechó más su relación con Arequipa, la ciudad que lo acogió en su nacimiento.
Meses después de esa esperada victoria, la Ciudad Blanca lo recibió abanderada, con bandas de música y expresándole en las calles su orgullo por el reconocimiento recibido. Esa bienvenida, inesperada para el escritor, lo animó a donar parte de su biblioteca personal.
“Siempre recuerdo cómo estaba la ciudad, prácticamente abanderada, el desfile de los estudiantes de los colegios en el acto que organizó el señor (Juan Manuel) Guillén, gobernador de Arequipa en ese tiempo. La manera en la que participó y estimuló a los estudiantes, me emocionó y tomé la decisión de donar mis libros (…)”, le comentó en una ocasión al historiador y exdirector de la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa, Mario Rommel Arce.
A Arequipa llegaron cerca de 23 000 libros y revistas hasta 2018, además de sus objetos personales, donados para implementar lo que se convirtió en su principal legado material para la ciudad.
Según el actual director de este espacio cultural, Alfredo Herrera, estuvieron por enviar otros cinco mil ejemplares; sin embargo, con el fallecimiento del escritor esto quedó en suspenso.
Se dice que en seis meses se mostrará al público las anotaciones que hizo en sus textos, tal como fue el compromiso con el mismo literato, aunque no se ha precisado si esta decisión se consultó a la familia.

Expresión de cariño
“La donación de sus libros fue una muestra de gratitud al pueblo de Arequipa por las expresiones de cariño que le había tributado”, recordó el historiador y docente de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), Mario Rommel Arce.
Arce estuvo a cargo, desde el inicio, de traer estos libros a Arequipa. Para ello viajaba a Lima y se reunía con el autor de El pez en el agua, en su departamento de Barranco. Producto de este acercamiento construyó una relación de confianza y amistad.
“Mario era una persona sencilla, conversadora, alegre, con mucho sentido del humor. Era muy afable y bromeaba. A veces me decía: ‘Nos vemos en Arequipa para comer un chupe de camarones’”, recordó, su tocayo.
Mario Rommel fue testigo del amor que el escritor sentía por su tierra natal. “En una ocasión, cuando lo recogí del aeropuerto, elevó la voz y dijo: ‘Qué hermoso cielo. Esta es Arequipa, sol radiante, cielo despejado, qué diferencia’. Tenía mucho orgullo por su tierra”, contó.
EL DATO
Luego de ganar el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa llegaría con más frecuencia a Arequipa, donde incluso celebró su cumpleaños y probó su plato favorito: el chupe de camarones.
El Congreso de la Lengua Española
Precisamente en 2018, en un acto público de entrega de sus libros, hizo otro regalo a la ciudad y mencionó el Congreso Internacional de la Lengua Española, un foro de reflexión sobre el idioma español, en el que se discute sobre la situación, problemas y retos de la lengua.
En aquella ceremonia soltó la idea y dijo que el Perú nunca había sido sede de este evento y que debía organizarse en Arequipa, porque en esta ciudad “se habla el mejor español del Perú”.
Un año después, desde Córdova, Argentina, Mario Vargas Llosa anunciaba que este congreso se realizaría en la Ciudad Blanca. Esto generó un inconveniente, ya que se adelantó al comunicado oficial de la organización.
Este encuentro se debió realizar en 2023, pero el país se encontraba convulsionado debido a las protestas organizadas en apoyo al expresidente Pedro Castillo, por esa razón se suspendió hasta este año.

El Hay Festival
Mario Vargas Llosa también ayudó a traer el Hay Festival a Arequipa. “Él nos comentó que el país estaba en un buen momento y un festival como este sería estupendo para Perú, más aún en una ciudad como Arequipa”, señaló Cristina Fuentes, directora del Hay Festival Arequipa.
El escritor participó en este evento e incluso llenó el teatro municipal de la ciudad.
Por el Hay Festival desfilaron personajes como Salman Rushdie, Fernando Savater, Alfredo Bryce Echenique, Alonso Cueto, Rosa Montero, Irene Vallejo, Gastón Acurio, Susana Baca, Rafael Dumett, Jon Lee Anderson, entre otros.
De esta manera, la donación de sus libros, el Congreso Internacional de la Lengua Española y el Hay Festival constituyen su legado cultural a Arequipa, una demostración de su amor por la ciudad.

Arequipa en sus momentos políticos claves
Arequipa también ha estado presente en los momentos claves de su vida política. Cuando postuló a la Presidencia de la República en 1990, eligió la Plaza de Armas para lanzar su candidatura en 1989, junto a Fernando Belaúnde y Luis Bedoya Reyes.
“He pedido que sea en Arequipa, la tierra donde nací, donde nacieron las gentes que yo más he querido. Mi abuelo Pedro, mi abuelita Carmen, mi madre, mi tío Lucho y donde nacieron algunos de los peruanos que yo más he respetado y admirado como José Luis Bustamante y Rivero, Víctor Andrés Belaúnde y ese tribuno de la justicia popular que fue don Francisco Mostajo”, dijo en aquel discurso en representación del Frente Democrático (Fredemo).
Del mismo modo, cerró su campaña presidencial en esta plaza el 5 de abril de 1990, con su promesa de hacer quedar bien a Arequipa.
“He venido a Arequipa para decirles que, si salgo elegido presidente de la república, haré lo posible e imposible para hacer quedar muy en alto el nombre de mi querida Ciudad Blanca, que hoy me recibe para respaldar los ideales de libertad y justicia que busca el Fredemo”, dijo.
En esta plaza también hizo un mitin años antes, en 1987, luego de enfrentar al presidente de entonces, Alan García, por el anuncio de la estatización de la banca y volvería a subir al estrado junto a Alejandro Toledo y Juan Manuel Guillén en la campaña presidencial de 2001.
Arequipa nunca le fue ajena, siempre estuvo en los momentos más importantes de su vida.
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