Juan Pablo Olivares
Desde que Andrea agarró la plumilla y empezó a pegarle con la raqueta para jugar al bádminton, nació su gusto por el deporte. Fue su primera vez. Antes, no había practicado ninguna disciplina deportiva porque simplemente no tuvo las ganas de hacerlo.
Ella es Andrea Montoya Castañeda, la paradeportista habituada hasta hace cuatro años a no prestarle ningún interés al deporte, y que se convirtió en una de las mejores representantes y medallista del parabádminton del Perú.
“La verdad es que me daba flojera, no tenía la motivación ni ganas de hacer deporte. Fue gracias a la insistencia de mis padres que me enganché con el bádminton”, reconoce.
Medallista sudamericana
Pero aquello que podría parecer una exageración o un simple alarde narrativo, es en el caso de Andrea Montoya, un relato real.
Hace unas semanas, la paradeportista ganó la medalla de oro en doble femenino y bronce en singles en el Campeonato Sudamericano de Parabádminton Lima 2024. Además, ha clasificado al Campeonato Panamericano de Brasil, que se realizará el próximo año.
Aprendizaje y confianza
Andrea, de 18 años de edad, tiene acondroplasia, un trastorno del crecimiento de los huesos que ocasiona el tipo más común de enanismo, sin embargo, eso no la amilana para nada. Ella irradia la tranquilidad y satisfacción de quien se ha convertido, en corto tiempo, en una deportista de alta competencia.
Incursionar en este deporte le ayudó a perder la timidez que la gobernaba durante su niñez y adolescencia. Le enseñó también a perder el miedo a ser rechazada y, sobre todo, a tener más confianza y seguridad.
“El primer día de entrenamiento fue difícil para mí. Tenía miedo de que me señalen como la ‘nueva’, o que me diera vergüenza de no tener condiciones para el deporte”, recuerda.
En busca de una oportunidad
Tras unos minutos de conversación es inevitable preguntarle si alguna vez ha sido señalada o marginada por su enfermedad. “Nunca me he sentido marginada ni relegada, ni cosa por el estilo”, dice con un tono muy firme.
Reconoce que mucha gente con discapacidad no tiene la oportunidad o no se atreve a practicar algún deporte, pero ella asegura que esa situación se puede y debe revertir.
Aunque el deporte le ayuda a llevar de mejor manera su enfermedad, Andrea quiere ayudar a todas las personas con discapacidad a ver la vida y las oportunidades de una manera diferente, con más optimismo y decisión.
Deportista y psicóloga
Para ello, Andrea estudia la carrera de Psicología en la Universidad Católica San Pablo. Cursa el segundo semestre y asegura que con el conocimiento y las herramientas necesarias estará preparada para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas y tener un mejor futuro a través del deporte.
Un futuro prometedor se le avecina a Andrea, la alumna de la San Pablo que buscará clasificar a los próximos Juegos Panamericanos de Lima 2027, y obtener una medalla. Un sueño que, de hacerse realidad, sería el más importante en su corta carrera deportiva.
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