Tarea de vacaciones: educación del carácter

Jorge Pacheco Tejada
Educador

Las vacaciones escolares permiten tener a los hijos más tiempo en casa. Esta cercanía es una oportunidad valiosa para educar el carácter. ¿Cómo detecto que debo trabajar en ello? Cuando veo que en mi hijo hay poca capacidad para superar dificultades, cierta intolerancia, irritabilidad y cualquier otra disfunción emocional. 

Los padres deberíamos estar muy atentos a estas señales a fin de modelar su manera de reaccionar frente a cualquier situación negativa. De esta manera iremos ayudándoles en la difícil tarea de madurar.

No siempre es factible criar a los hijos en “una burbujita”, alejados de tensiones y dificultades. De lo que se trata es que los padres aprendamos a proporcionar al niño experiencias positivas compensatorias que garanticen su equilibrio emocional. Es decir, estar atentos a las emociones negativas para compensarlas con emociones positivas.

Cada día, los niños se enfrentan a situaciones que les resultan tensas o desagradables. El grito enojado de la mamá, la derrota en el juego, la pérdida de su juguete, etc. En su mundo, estas pequeñas cosas son grandes problemas que si no los saben enfrentar pueden producir un desequilibrio en su conducta. 

Si lo anterior ocurre, no pierda la calma. Pueden restituir el equilibrio emocional proporcionando emociones positivas como la alegría, la simpatía, la serenidad, la gratitud, la autoestima. Todas ayudan a la salud mental, a mantenerse equilibrados, integrados y estables.

Haga que las actividades vacacionales sean fuente de emociones positivas, que disminuyan las tensiones y las manifestaciones de irritabilidad. De lo que se trata es que nuestros hijos tengan sensaciones de alegría, de satisfacción, de agradecimiento, de tranquilidad y seguridad. Esto implica que también nosotros tengamos emociones positivas.

Se trata de enriquecer la vida emocional y afectiva de nuestros hijos para que lleguen a ser adultos emocionalmente saludables.

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