Kelly Castillo Mamani
La Navidad es una celebración emblemática por su particular sentido de unidad familiar. La mayoría de personas busca reunirse con sus seres queridos y amigos, sin embargo, en tiempos de COVID-19, congregarse es una actividad de alto riesgo. El virus podría propagarse e infectar a las personas más vulnerables como los ancianos y aquellos pacientes con enfermedades preexistentes.
A esto se suma el escenario nada bueno de la región, donde la Gerencia Regional de Salud advirtió de un “nuevo colapso en el sistema sanitario”, si la población no cumple con los protocolos de bioseguridad, donde los casos de hospitalización aumentaron y las camas de UCI están ocupadas. Todo ello debido a la exposición que la gente tiene en malls, centros comerciales, mercados y en el trasporte público, por las compras navideñas.
Ante ello, los especialistas en salud coinciden en que debe evitarse las reuniones en Navidad y Año Nuevo, y que el mejor regalo sea “dar salud”.
Pero si las restricciones del transporte particular para el 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero, no lo desalentaron, y decide reunirse, piense bien su celebración y extreme sus medidas de bioseguridad e higiene.
Una Navidad diferente
María Elena Flores Carpio, directora de la Red de Salud Arequipa-Caylloma, afirma que la pandemia está activa y es la misma que mató a muchas personas (más de 2 340 hasta el momento) y puede volver hacerlo, por eso, “esta Navidad tiene que ser distinta”.
“Si amamos a nuestros seres queridos tenemos que protegerlos y la mejor forma es evitar las reuniones, pero si igual se reúnen no debe haber alguna manifestación de la enfermedad. Es importante autoevaluarse e identificar si hay dolor de cabeza, pérdida del olfato, dolor de garganta, tos, falta de aire o fiebre. Si uno está enfermo se debe quedar en casa, no puede ir a una reunión”, apunta.
Recomienda también, usar mascarilla, lavarse las manos y desinfectarse contantemente, evitar abrazos y besos con parientes de otros grupos familiares. En el caso de los utensilios, que sean individuales.
Carlos Vizcarra, médico infectólogo de la Red EsSalud, explica que el riesgo de contagio en un núcleo familiar no es tan alto, salvo que por sus actividades (trabajo, compras, trámites, etc.) algún miembro se exponga más, pero el riesgo se multiplica si dos o tres grupos de convivencia se reúnen.
“El problema es juntar familias, visitar abuelos, tíos, cuñados. Es una actividad de riesgo. Si una persona está enferma, contagiará a los demás. Los niños y jóvenes quizás sean asintomáticos, pero si transmiten el virus a personas de riesgo o de edad avanzada, la enfermedad será muy severa y eso lo vamos a ver en los siguientes diez días”, explica.
En ese sentido, Vizcarra recomienda no compartir la Nochebuena ni la cena navideña, en todo caso, propone programar visitas cortas y diferidas para saludar o intercambiar regalos, pero siempre manteniendo la distancia entre grupos de convivencia y con elementos de bioseguridad.
Regalemos salud
Gustavo Rondón, exjefe del Comando COVID-19 en la región Arequipa, afirma que aún no hemos alcanzado la inmunidad de rebaño. Muchas personas aún no se han expuesto al virus, por lo que juntarse no debe ser una opción. “La salud es el mejor regalo”, señala el médico.
Rondón confiesa que habitualmente en Navidad se reunía con toda su familia. “Éramos los padres, mis hermanos, los primos y cada familia con sus tres o cuatro hijos. Éramos un batallón en la casa, pero este año hemos decidido que cada familia la pase en la suya”, cuenta.
Sin embargo, no todos seguirán las recomendaciones, por ello aconseja usar mascarilla y protector facial, que “juntos otorgan 95% de protección”, además evitar dialogar en forma directa (de frente), de preferencia hacerlo en forma diagonal.
Ante algunas propuestas como la de reunirse en exteriores (patio, terrazas, etc.), afirma que es posible si el clima ayuda, acondicionando un toldo para protegerse o si tiene amplios ambientes, lo ideal es estar en lugares ventilados. Propone además, marcar los cubiertos y otros objetos de uso personal. “No compartir el vaso o la copa, porque sería transmisión directa”, advierte Rondón.
Acerca de pasar una prueba de descarte de COVID-19 antes de reunirse, indicó que no es seguro ya que la persona podría estar en un periodo de ‘ventana’ de incubación y podría dar un falso negativo, lo que sería contraproducente al dar una sensación de confianza.
“Se trata de procurar un distanciamiento físico, no social. Podemos hacer uso de las herramientas digitales, el Whatsapp, Meet, enviar abrazos virtuales, que para los adultos mayores ha funcionado bien. Ese debe ser el comportamiento este año”, enfatizó.
EL DATO
Gustavo Rondón también recomienda compartir una cena especial más no muy abundante, para no provocar intoxicaciones que puedan enviar a un familiar al hospital, que en este momento es un lugar contaminado con el virus chino.
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