Christiaan Lecarnaqué
Rodrigo Postigo del Carpio empezó a fabricar chimeneas ecológicas en 2017, mientras estudiaba la carrera de Administración de negocios en la Universidad Católica San Pablo (UCSP).
Aprendió el oficio por su papá, quien lo animó a empezar este emprendimiento. Esta idea calzaba en sus planes de joven universitario, pues quería emprender su propio negocio antes que trabajar en una empresa.
Con ayuda de su padre aprendió a diseñar, fabricar y pintar las chimeneas en el taller de la familia. “Mi papá me enseñó a soldar y a hacer los dobleces del metal”, dijo.
Al inicio, Rodrigo hacía todo, era un emprendedor mil oficios. “Cuando uno empieza, es necesario hacer de todo”, indicó. Actualmente está más concentrado en el diseño y el pintado de estos muebles.
El dominio del metal y el fierro le viene de familia, ya que el papá de Rodrigo hacía y vendía parrillas y cajas chinas, quien a su vez aprendió el oficio del abuelo de Rodrigo.
Su padre fue su mentor y ahora también es su socio. Ambos dirigen Biocalor, fabricante de chimeneas ecológicas que no usan leña, sino alcohol para reducir las emisiones tóxicas y, en consecuencia, mitigan cualquier impacto negativo en el medio ambiente.
Esta empresa está en pleno proceso de crecimiento y, por el momento, tiene tres vendedores y cuatro trabajadores en el taller. Venden los productos en Lima, Arequipa, Cusco y Huancayo; y también hicieron envíos a Chile.
¿Quiénes compran estas chimeneas?
Biocalor tiene dos públicos. Por un lado, los decoradores de interiores y arquitectos que buscan estos muebles para ofrecerlos dentro de los inmuebles, y por el otro, aquel público interesado en la decoración y también en la calefacción.
La mayoría de clientes proviene de Lima, pese a que en Arequipa las temperaturas son más bajas. Rodrigo asume que, si bien en esta ciudad hace más frío, hay más horas de sol que en la capital, donde el cielo nublado prima durante el invierno. Además, comentó que por estas épocas hay más ventas que a fines de año.

Calor efectivo
Estas chimeneas son térmicas, ya que atrapan mejor el aire caliente y pueden tener una duración de hasta cuatro horas con un litro de alcohol.
“El fuego de las chimeneas puede calentar desde 6 hasta 100 metros cuadrados”, precisó Rodrigo.
Se adhieren a las paredes
Una de las ventajas de Biocalor es que estos muebles pueden adherirse a las viviendas sin necesidad de construir un ducto de salida al exterior. Es decir, se pueden empotrar con dos tornillos a la pared, como si fueran un cuadro, y otras se colocan dentro de un nicho rectangular.
No necesitan de una salida al exterior porque no emiten humo ni otros residuos tóxicos.
Además, Rodrigo inventó una aplicación para que los clientes puedan regular la altura de la llama desde su celular. Incluso se puede pedir a Alexa, la asistente virtual, que prenda o apague el fuego.
EL DATO
Biocalor cuenta con un local en la av. Bolognesi 120 – Yanahuara. Para mayor información pueden ingresar a su cuenta de Instagram: https://www.instagram.com/biocalorperu/ y Facebook: https://www.facebook.com/BiocalorPeru/ Para la comunidad de la San Pablo hay un descuento del 10 % si presentan su carnet virtual.

Una aventura complicada y satisfactoria
Si bien su aspiración siempre fue emprender un negocio, la experiencia le dice que embarcarse en esta aventura no es fácil. Hay que hacer de todo y lidiar con muchas circunstancias que no necesariamente son positivas. “Pero me siento satisfecho”, comentó.
Uno puede suponer que Rodrigo se equivocó de carrera y quizás debió apostar por alguna ingeniería, dado su talento en la fabricación de las chimeneas; incluso reconoce que le gusta este trabajo artesanal, pero él considera lo contrario.
La carrera de Administración de Negocios le dio, según él, las herramientas para sacar adelante su emprendimiento y cumplir uno de sus objetivos. “Lo administrativo ayuda mucho en el emprendimiento”, dijo.
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