Liz Ferrer Rivera
El distrito de La Yarada-Los Palos, ubicado en la costa sur de Tacna, tiene 38 mil hectáreas de cultivo que son la fuente de vida de miles de personas en la región. Sin embargo, debajo de su territorio avanza una amenaza silenciosa: el agua de mar ingresa al acuífero dulce que alimenta esos cultivos, dañando la calidad del agua.
A este fenómeno se le denomina intrusión marina. En Tacna, el daño al acuífero Caplina tiene como principal causa la perforación y explotación indiscriminada de pozos de agua subterránea en La Yarada – Los Palos. Esta mala práctica no ha podido ser controlada por las autoridades nacionales.

Cien años de explotación
En un artículo publicado en 2019, el investigador y docente, Edwin Pino Vargas, señala que han transcurrido cien años desde que se inició la explotación del acuífero como sustento de la agricultura. En 1910 se perforó el primer pozo de explotación de agua subterránea por una junta de usuarios (agricultores).
En 1966 se encontraban en actividad 34 pozos de 63 perforados y la reserva total de la napa (acumulación de agua subterránea) era desconocida. La Autoridad Local del Agua Caplina-Ocoña, informó que en la actualidad son 800 los pozos ilegales que operan en el distrito de La Yarada-Los Palos.
La revisión histórica de Pino determinó que, desde la década de los 80, los volúmenes de extracción de agua superan ampliamente la recarga natural del acuífero, es decir, se extrae más agua de la que ingresa. Fue en esa época en que comenzó el cultivo de olivo de forma masiva.
IMPORTANTE
Existen pozos perforados a un kilómetro y medio del borde costero. Estos conllevan mayor riesgo para el acuífero.

Daño ambiental
El biólogo Benigno Sanz Sanz, docente de Ingeniería Ambiental en la Universidad Católica San Pablo, sostiene que la intrusión marina en un acuífero es un grave daño ambiental que puede ser detenido si se toman a tiempo las medidas correctivas. Es reversible.
Explica, además, que el bombeo de un pozo genera un vacío en el bolsón de agua debajo de la tierra, que luego es llenado con el agua del mar. Esta contaminación daña la calidad del agua haciéndola inservible para el consumo humano y la agricultura.
Para el especialista existen tres soluciones inmediatas. La primera es que la autoridad y los agricultores sinceren la demanda de agua y la disponibilidad hídrica del acuífero. Para ello se debe realizar un estudio hídrico, algo que no es común en el país por su alto costo y complejidad en su desarrollo.
La segunda propuesta es la recarga del acuífero con su respectivo plan de recuperación, lo cual obligaría al cierre de pozos, no en su totalidad pero sí de forma parcial. Por último, se necesita explorar nuevas alternativas de matrices de riego.
Sanz asevera que la sostenibilidad de la agricultura en la costa tacneña conlleva a su modernización y también a aplicar sistemas de eficiencia en el riego.
EL DATO
Se estima que solo el 30 % de los cultivos en La Yarada-Los Palos tienen riego tecnificado; sin embargo, de este porcentaje, existen observaciones sobre los sistemas o tecnología aplicada.

Fuentes de recarga
Ronald Fernández Bravo, director de la Autoridad Administrativa del Agua de las cuencas Caplina-Ocoña, detalla que la intrusión marina en el acuífero tiene una extensión de 9 kilómetros. Antes de 2021 la intrusión era de 7 kilómetros.
El funcionario destaca que en 2023 se aprobó un plan de gestión y se creó una mesa de trabajo para abordar la problemática de La Yarada-Los Palos. El grupo está integrado por todos los sectores involucrados y se llegó a compromisos de trabajo y propuestas.
Recuerda que, por ley, desde 2006 existe una veda de agua en Tacna, que prohíbe cualquier tipo de perforación de pozos. Por ahora es imposible que esa veda se levante.
Además, el ordenamiento territorial y el saneamiento de predios está en la agenda de trabajo, así como la recarga del acuífero. Pero, ¿de dónde provendrá la fuente que recargará al Caplina? Por ahora, la respuesta que ha dado el Gobierno Regional de Tacna es el proyecto Cardos.
Cardos consiste en la construcción de una presa natural en la zona andina y el traslado del agua a Tacna. Flavio Mamani Ramos, integrante de la Junta de Usuarios de La Yarada-Los Palos, afirma que Cardos tiene otros fines agrícolas, y para él la mejor opción es Vilavilani, otro proyecto hídrico de trasvase del ande.
Vilavilani quedó suspendido en la etapa de ejecución por protestas sociales y Mamani insiste en que el Gobierno regional debe retomar ese proyecto si realmente desea tener una opción de recarga. Para el agricultor, la región abandonó demasiado pronto esa iniciativa, a pesar de contar con estudios aprobados.
Mamani es consciente del riesgo en que está el agro si el acuífero es dañado de forma irreversible. “No solo el agricultor vive del olivo. Tenemos los trabajadores del campo, transportistas, vendedores e importadores. Es una cadena productiva que da trabajo a miles de personas”, afirma.
Según el Ministerio de Agricultura en el Perú existen 43 000 hectáreas de olivo y 35 000 de ellas están en Tacna, principalmente en el distrito de La Yarada-Los Palos. Tacna es el primer productor y exportador de aceituna del país. El daño al acuífero es un problema ambiental, pero podría convertirse en una problemática social y económica de no hallarse una pronta solución.
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