Deysi Pari
Los ciudadanos bolivianos aprovechan su estadía en la ciudad fronteriza de Desaguadero, en la región Puno, para degustar del pollo a la brasa, un plato bandera del Perú. Semanas atrás, por ese plato pagaban 30 bolivianos, lo que al cambio resultaba entre 13 a 15 soles; hoy en día, esa misma porción de pollo a la brasa les significa entre 45 y 50 bolivianos. En soles sigue costando lo mismo.
Henry Mamani Cerda, presidente de la Junta de Vecinos de Desaguadero (Bolivia), explicó a Encuentro que este es solo un ejemplo de la devaluación de su moneda y de la crisis que atraviesa su país.
En Desaguadero, el comercio era muy fluido. Los extranjeros ingresaban al país para adquirir productos de primera necesidad, textiles, ropa, entre otros insumos. Sin embargo, hoy en día, las ventas del lado peruano han disminuido.
El dirigente Henry Mamani reporta que los viernes de cada semana solía ser el día de más alta afluencia, pero ahora que los bolivianos necesitan más dinero para comprar, el panorama se complica. Por ende, el intercambio comercial se ha reducido de forma significativa.
¿Por qué Bolivia está en crisis?
El economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), Gonzalo Manrique, señaló a Encuentro que Bolivia está en una situación precaria por mantener un tipo de cambio fijo para el dólar y subsidiar el precio de los combustibles. Esto erosionó sus reservas internacionales (activos en dólares).
Según un reporte de diciembre de 2023, las reservas internacionales del país altiplánico representaban el 4 % de su producto bruto interno (PBI). Para referenciar la magnitud de la crisis, Manrique señala que el Perú ahora tiene cerca del 30 % de su PBI en reservas internacionales netas. La diferencia es grande.
Al quedarse sin dólares, Bolivia perdió su capacidad para comerciar libremente en el extranjero. Ya no puede comprar combustible porque no tiene dólares para hacerlo. En consecuencia, hay una escasez de combustible, de productos importados y otros de primera necesidad.
El gas es clave
En una entrevista con un medio internacional, el exdirector del Banco Central de Bolivia, José Gabriel Espinoza, explicó que el tipo de cambio fijo rige desde el año 2011, mientras que los precios de los combustibles también se mantienen fijos desde febrero de 2005.
Ese esquema de precios se pudo mantener porque Bolivia tenía altas exportaciones de gas que le permitían obtener divisas para destinarlas a estos subsidios. Además, había un entorno macroeconómico positivo, pero las condiciones cambiaron. Ya en 2023, el gobierno del presidente Luis Arce admitió que las reservas de gas natural se habían agotado, por lo que las exportaciones a Argentina y Brasil debían interrumpirse.
Y como el subsidio absorbió gran cantidad de las reservas internacionales, el Banco Central de Bolivia fue agotando sus activos.
De esta forma, explicó Espinoza, la estatal petrolera que tiene Bolivia (YPFB) entró en incapacidad técnica de importación de combustibles.
El dirigente Henry Mamani refiere que esta situación ya se veía venir. “Bolivia vivía del gas, los dólares ingresaban porque se vendía a Brasil y Argentina. Además, la subvención del combustible ya es insostenible”, declaró.
Según Mamani, en su país pagan 3.65 bolivianos por el litro de combustible, pero el precio real debería oscilar entre 11 y 12 bolivianos por litro.
Efectos en el Perú
Gonzalo Manrique del IPE considera que los efectos de la crisis boliviana en el Perú se verían más a nivel de las regiones del sur, aunque no tendrían un mayor impacto.
Si bien Bolivia es un socio comercial importante de Perú, a nivel macroeconómico el efecto sería pequeño. Según el economista, del volumen total de exportaciones peruanas al exterior en 2024, lo enviado a Bolivia representaba el 0.9 %. Mientras que a nivel de importaciones, lo que ingresa de ese país, representa el 1.2 %.
Por eso, Manrique refiere que el impacto será muy localizado a nivel del sur, especialmente en Puno, y en función de cuánto dure la crisis. Como ahora se encuentran con menos dinero para comprar, el comercio de frontera disminuirá.
Un aspecto que resalta Manrique es la alta informalidad existente en Puno, lo cual restringe la obtención de información más exacta en relación a las actividades comerciales.
Al respecto, el decano del Colegio de Economistas de Puno, Jorge Bedoya, señala que más allá del descenso del comercio fronterizo, aún no se ven efectos mayores en Puno.
Venden en soles
Una situación que ahora es cotidiana es que los comerciantes bolivianos venden sus productos en soles, con el fin de conseguir un mejor margen de ganancia. Esto fortalece la moneda peruana.
Henry Mamani Cerda, dirigente boliviano, afirma que esta situación es de largo plazo y las medidas que tomó el gobierno no son adecuadas. Aunque descartó que haya un éxodo de bolivianos por el momento, advierte que algunas empresas del rubro automotriz ya cerraron. Mientras tanto, las colas para conseguir combustible son largas y el incremento de precios es constante.
Además, el desequilibrio en el mercado cambiario ya se ha instalado. El “dólar paralelo” manda y es más alto que el tipo de cambio oficial.
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