Escuelas de fútbol: ¿Una oportunidad de formación o un negocio redondo?

Lo popular de este deporte y la urgencia de tener nuevos talentos, incentiva la creación de academias y escuelas

Los niños se entusiasman al participar en estas escuelas de verano.

Juan Pablo Olivares

En el fútbol peruano escasean los nuevos talentos. El balompié nacional no es una ‘fábrica de cracks’ y si los hay, tardan décadas en aparecer. El campeonato local muestra año a año una de nuestras principales falencias: la carencia en la formación de menores.

Hoy en día, es casi improbable que un futbolista llegue a primera división sin haber pasado por un proceso formativo. Precisamente, la necesidad y urgencia de tener nuevos talentos y lo popular de este deporte, generó que, aparecieran academias y escuelas de fútbol como un espacio de formación, y claro, también como una buena alternativa de hacer negocio.

Un fenómeno

Aunque en Arequipa, no hay una estadística precisa del número de academias y escuelas que operan, se estima que existen más de 1000 (entre formales e informales), donde se forman un promedio de más de 200 mil niños y jóvenes.

En el verano, este número aumenta exponencialmente. Si una academia o escuela recibe en promedio unos 200 alumnos en las diferentes categorías, este número llega a duplicarse en los meses de enero y febrero.

Más aún, si tomamos en cuenta que, en los últimos años, se incrementó el número de franquicias de clubes del fútbol peruano y del extranjero, con objetivos formativo y recreativo. Sin embargo, el crecimiento de escuelas y academias no siempre es positivo.

A tomar en cuenta

Para el director técnico Carlo Beltrán Alcocer, formador de menores del Club Atlético Juniors, el tema de las escuelas se ha descontrolado.

“Ahora cualquier futbolista o exfutbolista, por el solo hecho de haber jugado al fútbol cree que tiene el derecho o capacidad de abrir una escuela, muchos de ellos no tienen la licencia que los acredite para entrenar a niños”, asegura.

Beltrán, con más de 27 años en la formación de menores, sostiene que no sólo es importante que el entrenador cuente con la Licencia C o B, sino que sobre todo, tenga vocación y ciertas cualidades como paciencia, ser didáctico y divertido para ganarse el cariño y respeto de los menores.

Por su parte, el exfutbolista Roberto “Titín” Drago, formador de la Academia Tito Drago, sostiene que, la aparición de más escuelas y franquicias, es algo positivo, siempre y cuando sean formadoras, que tengan entrenadores capacitados y con valores. Que cuenten con sílabos técnicos de enseñanza, coordinación e introducción a la parte táctica.

“Las franquicias no son del todo buenas, porque la mayoría te vende un nombre y no un contenido. Muchas sólo traen a exfutbolistas reconocidos, hacen un par de clases y nada más, prometen llevarlos a sus clubes y eso no siempre se cumple”, sostuvo.

En muchos casos, exfutbolistas dirigen estos centros para atraer a más personas.

Negocio redondo

¿Es rentable el negocio de las escuelas de fútbol? En Arequipa, existen diferentes tipos de escuelas, desde el punto de vista económico. Hay escuelas pequeñas, donde se puede pagar desde 60 a 100 soles al mes. En otras, el costo es más elevado y oscila entre 120 a 200 soles, según la cantidad de días de entrenamiento (generalmente son tres fechas a la semana).

Otro de los pagos es el del uniforme. Los precios varían de acuerdo a la escuela. En algunas se puede pagar desde 50 soles y en otras hasta 100 soles. Respecto a los gastos que realizan las escuelas son básicamente dos costos fijos. El pago del alquiler de la cancha sintética va entre los 40 y 50 soles la hora. Todo dependerá de la ubicación del campo deportivo. El otro costo es el de la remuneración a los entrenadores, que va desde los 500 a 1200 soles mensuales

Sin control

¿Existe algún ente que regule la creación de estas academias? No. Cualquier persona puede abrir una escuela, dice Beltrán. Para el director técnico, debería haber más filtros, saber si se tiene un plan de trabajo, si tienen un proyecto, objetivos y sobre todo, saber quién va a estar a cargo de los niños.

“No es fácil tener una escuela, porque se lidia con muchos padres y con diferente idiosincrasia. Muchos padres te exigen o piensan que sus hijos van a ser futbolistas sí o sí”, sostiene.

Por su parte “Titín” Drago, explica que al menos el 60 % o 70 % de las escuelas no cuentan con la reglamentación correspondiente. El también exfutbolista advierte que, las escuelas deben cumplir ciertos requisitos y, además, se requiere de un ente regulador que revise su creación y evalúe su desempeño.

“Por la gran cantidad de escuelas se hace imposible controlar y fiscalizar a todas. El Instituto Peruano del Deporte (IPD) y la misma Federación Peruana de Fútbol (FPF) deben ser los encargados de llevar un registro y control de todas las escuelas o academias”, explicó.

Lo cierto es que las academias y escuelas siguen apareciendo en todo el país, y no necesariamente como un centro de formación para alimentar nuevos y mejores deportistas para el fútbol peruano, sino sólo como una forma más de hacer negocio.

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