Claudio ‘Tekis’ Bustamante, el joven entrenador arequipeño bicampeón del fútbol peruano

El exfutbolista se consolida en el comando técnico de Sporting Cristal y se perfila como uno de los preparadores con mayor proyección

Juan Pablo Olivares

Hasta hace unos años, el nombre de Claudio Bustamante Aguayo, no era conocido. Pero hoy, si buscamos su nombre en Internet, aparecen muchos resultados. Entrevistas, artículos, reportajes, la mayoría a raíz de su corta pero exitosa carrera como entrenador, como asistente técnico y también como futbolista.

De la mano de Roberto Mosquera, fue campeón del fútbol peruano con Deportivo Binacional y Sporting Cristal (2019-2020). Los ‘explosivos’ y rápidos triunfos como asistente técnico, se relacionan a la enseñanza de Roberto y su capacidad para el puesto. Estudió dos veces la carrera para entrenador de fútbol en la escuela ESEFUL. La primera a distancia y la segunda de manera presencial.

Corta carrera

Antes, Claudio fue futbolista. Llegó al FBC Melgar en el año 2000 con solo 17 años de edad y jugó siete temporadas con el equipo rojinegro hasta el año 2006. También vistió la camiseta del Sport Ancash, José Gálvez y Deportivo Municipal en la segunda división y Sportivo Huracán en la Copa Perú.

A los 29 años decidió dejar el fútbol, fue una decisión muy difícil pero necesaria. Sentía que era lo adecuado en ese momento. Las metas que se había trazado, como jugar en la selección y emigrar al extranjero eran algo complicadas de cumplir. Se sintió un futbolista frustrado. Tal vez por eso —inconscientemente— decidió retirarse antes de tiempo.

“Fue complicado pues mis capacidades físicas y facultades cognitivas para entender el juego estaban al máximo, pero ya no lo disfrutaba”, dice.

De tal palo, tal astilla

‘Tekis’ (como lo llaman sus amigos), nació en 1983. Al ser hijo de Fredy Bustamante, exfutbolista y campeón con FBC Melgar en 1981, creció siempre al lado del balón y respirando fútbol. Aunque no lo disfrutó en su etapa de futbolista, sí lo hizo cuando fue instructor.

Claudio recuerda que, de niño, siempre acompañaba a su papá a los partidos y era como su asistente. Le llevaba la cuenta de los goles o de las tarjetas amarillas que tenían los jugadores. Por esas experiencias y aprendizajes, ser futbolista era su destino, aunque su papá nunca estuvo de acuerdo; Fredy Bustamante, quería que su hijo estudié y sea un buen ser humano.

“Mi papá no iba a verme jugar y también se lo prohibía a mi mamá por dos motivos: el primero para quitarme el peso de que él fue futbolista y entrenador de Melgar, y el segundo porque no quería motivarme a jugar”, confiesa.

Pese a la disconformidad de su padre, cumplió su sueño de ser futbolista y jugar por el FBC Melgar, el equipo del cual es hincha. Ser hijo de Fredy Bustamante fue siempre su motivación y se consideró un jugador promedio. “Siempre digo, en son de broma, que no es mi culpa que mi papá no me haya dado tanta genética para ser un mejor futbolista. Mi papá fue un crack”, dice sonriendo.

Su nueva etapa

Motivado por Roberto Mosquera y presionado por amigos y excompañeros de fútbol, decidió ser entrenador. La dirección técnica era su futuro. Cargado de ilusión, se mudó a Lima con la intención de no volver más; tenía un nuevo objetivo.

Se graduó como monitor y fue uno de los mejores alumnos, tanto así, que ejerció la docencia por tres años en la escuela ESEFUL, luego Roberto Mosquera, se convirtió en el aliado perfecto en el inicio de su nueva aventura.

Estuvo en el Club Royal Pari de Bolivia, consiguió el título con Deportivo Binacional y Sporting Cristal y tiene varias experiencias en la Copa Libertadores, el torneo más importante de Sudamérica a nivel de clubes.

Es seguidor de técnicos internacionales como Pep Guardiola, Jürgen Klopp, Marcelo Bielsa, César Menotti, entre otros, pero asegura aprender mucho de su papá. Dice que aunque el fútbol ha evolucionado, su esencia sigue siendo la misma.

Considera que hay tres maneras de ser entrenador: haber jugado, haberlo visto e imaginarlo. “Hay muchos que interpretan mucho mejor el fútbol que aquellos que lo jugaron. Ser exfutbolista, quizás te da un plus, pero no determina que seas bueno en eso”, asegura.

Claudio, quizás vive el mejor momento dentro del fútbol. La vida le enseñó a enfocarse en el presente y no pensar mucho en el futuro. Trata siempre de disfrutar el día a día y espera merecer lo que el destino tenga para él, pero, sobre todo, espera seguir aprendiendo y estar a la altura de las circunstancias.

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