La San Pablo obtiene cuatro medallas en el torneo internacional de artes marciales FISU América Combat Sports Lima 2025

La competencia, que reunió tanto a universidades nacionales como internacionales, fue clasificatoria para los Juegos Panamericanos Universitarios 2026. La San Pablo aseguró su participación en este torneo internacional.

Alumnos de la Universidad Católica San Pablo destacaron en torneo de artes marciales.

Juan Pablo Olivares

Un total de cuatro medallas –dos de oro en wushu, una de bronce en judo y otra en taekwondo– fueron los galardones que obtuvo la Universidad Católica San Pablo (UCSP) en el Campeonato Panamericano FISU América Combat Sports Lima 2025, una competencia de artes marciales que –en su primera edición– fue clasificatoria para los Juegos Panamericanos Universitarios 2026.

La delegación San Pablo consiguió preseas en tres de las cuatro disciplinas deportivas en las que participó, siendo el wushu el deporte más galardonado. El deportista y alumno de la carrera de Derecho, Noland Huaylla Chilque, fue el encargado de poner en lo más alto a la UCSP al obtener dos medallas de oro y clasificar a los Juegos Panamericanos 2026.

Wushu de oro

La primera presea de oro la obtuvo en la modalidad jianshu, categoría taolu o manos libres, que consiste en realizar rutinas de movimientos sin el uso de armas. La segunda medalla la consiguió en la modalidad changquan con espada de doble filo, donde se realiza una rutina (coreografía) con dos espadas rectas de doble filo.

La espada, según Huaylla, era el arma más usada por la realeza en los tiempos de guerra en China. La modalidad de espada de doble filo consiste en una pelea simulada, donde se tiene que dominar cada movimiento y la rutina tiene que estar interiorizada para que no resulte monótona o que parezca hecha por un robot.

“Las espadas, a pesar de ser armas deportivas, tienen un riesgo. Por ello, primero se maneja un arma básica de madera, de tal manera que si te golpeas no te hagas mayor daño. Luego pasas a dominar un arma de acero”, explicó.

Luz Pacco Coila, alumna de Ingeniería Industrial consiguió una medalla de bronce.

El arte de la guerra

El wushu es el “arte de la guerra” y hace referencia a varias artes marciales chinas tradicionales y modernas. A su vez, se divide en dos estilos: el norte y el sur. Noland se especializa en el primero, tanto en el manejo de armas como en formas.

Dentro del estilo del norte existen diferentes armas que pueden emplearse, como la espada de doble filo, la lanza, el sable de un filo y el bastón. Estos dos últimos eran usados principalmente por la gente trabajadora o de clase media del país oriental.

El wushu, también conocido como kung fu, es un arte marcial donde se trabaja todo el cuerpo y requiere de un gran esfuerzo físico y mental. Noland destaca que este deporte le permitió cultivar valores como la puntualidad, la disciplina, la perseverancia y el respeto hacia las personas. Además, fomentó en él tanto el equilibrio como el control emocional.

“El wushu me dio también más confianza en mí mismo, la posibilidad de manejarme en diferentes áreas de mi vida, como la académica y la personal. Además, me dio herramientas para liderar”, aseguró.

Noland practica el wushu desde los cinco años y su pasión por el arte marcial la heredó de su padre, Noland Huaylla Huachani, profesor de esta disciplina deportiva.

Noland Huaylla, además de obtener dos medallas de oro, clasificó a los Juegos Panamericanos 2026.

La preparación física fue clave

De otro lado, Sebastián Madden Pérez, estudiante de la Escuela de Contabilidad, obtuvo la medalla de bronce en la disciplina de judo, modalidad combate 81 kg, en su primera experiencia universitaria.

Sebastián reconoce que la condición física (fuerza para la proyección o ataque hacia el rival) y algunas decisiones arbitrales le impidieron conseguir un mejor resultado.

Sin embargo, a pesar de que el objetivo trazado era colgarse la medalla de oro, la experiencia conseguida en la competencia internacional fue sumamente valiosa.

“La preparación física fue quizás el factor principal para no cumplir con el objetivo. Me considero con más condiciones en cuanto a la habilidad, flexibilidad y técnica que requiere la práctica del judo”, sostuvo.

IMPORTANTE

Noland Huaylla y Sebastián Madden sostienen que las artes marciales pueden ser practicadas por todas las personas. No obstante, coincidieron en que es fundamental tener fortaleza física y mental.

Nuevos objetivos

Tras su destacada participación en la competencia universitaria, Noland se alista para participar en el Campeonato Nacional de Artes Marciales Mixtas, que se desarrollará en el mes de diciembre. Además, el deportista de la UCSP buscará integrar la selección nacional e ir por el sueño de clasificar al campeonato mundial y a unos Juegos Olímpicos.

Por su parte, Sebastián tiene como objetivo –en un corto plazo– dar el examen para convertirse en cinturón negro y, claro está, seguir representando a la UCSP en las próximas competencias.

En la disciplina de judo, Sebastián Madden consiguió la medalla de bronce en la modalidad combate 81 kg.

La fuerza liberadora del taekwondo

Luz Belén Pacco Coila, estudiante de Ingeniería Industrial, se convirtió en la tercera deportista San Pablo en ganar una medalla. Obtuvo el bronce en la modalidad kyorugui, categoría +57 kg, en taekwondo.

Para ella, este arte marcial le permite liberar el estrés y canalizar su energía, aunque implique “exprimir el tiempo que le queda” tras estudiar o cumplir con sus tareas diarias. “A veces llego cansada a casa y debo amanecerme para estudiar o hacer trabajos, pero es parte de la disciplina que me brinda este deporte”, comentó.

Empezó a practicar taekwondo a los 10 años, pero se alejó por un tiempo. Retomó su pasión al ingresar a la San Pablo, donde enfrentó nuevos desafíos. Aunque al inicio no le fue bien, la perseverancia la ayudó a superarse hasta conseguir su primera medalla de bronce, que considera el primer paso hacia la de oro.

“El taekwondo me enseñó disciplina, perseverancia, trabajo en equipo y respeto. No se trata de patear o golpear, sino de alcanzar un equilibrio emocional y mental”, destacó. También agradeció al taller de taekwondo de la San Pablo, que le permitió reencontrarse con este deporte y fortalecer su compromiso con la práctica.

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