Juan Pablo Olivares
Aunque su trayectoria en el voleibol la inició como atacante por punta, actualmente Miluska Ojeda Morán se desempeña como líbero –una posición netamente defensiva– obligada por una lesión: el síndrome de plica sinovial. Una condición que daña la rodilla debido a la inflamación de la membrana sinovial y que causa dolor por un sobreesfuerzo de la articulación.
Es posible que Miluska regrese en algún momento a su puesto de ataque pero, mientras tanto, su principal función se enfoca en la defensa, el control del balón y las recepciones. La líbero nunca está en la posición de ataque, ni participa en el bloqueo ni en el saque.
“Fue una decisión necesaria porque tenía que bajar la carga de entrenamientos y de esfuerzo. En mi nueva posición no salto y eso me permite no tener la molestia en mi rodilla”, sostiene.
Puesto especial y determinante
En efecto, para la voleibolista de la selección de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), su nuevo puesto le permite realizar un mínimo esfuerzo explosivo de salto y potencia. Sin embargo, reconoce que jugar como líbero también le exige ser ágil, anticiparse a las jugadas y moverse por toda la zona defensiva.
Asimismo, cree que esta posición le permite aportar más al juego en equipo, ya que considera que es un puesto especial y determinante para el sistema defensivo. Además, es el punto de partida para armar la jugada de ataque.
“Sin una buena defensa o recepción, no se puede elaborar el juego ofensivo. Todos los puestos son importantes, pero una buena recepción de la líbero es crucial y el punto de inicio para armar la jugada ofensiva”, asegura.
Nueva experiencia
Miluska Ojeda juega en la selección de la UCSP desde hace dos años. La etapa regional de los Juegos Universitarios 2025, donde la selección de vóley consiguió la medalla de bronce, fue su primera experiencia como líbero del equipo.
Este equipo, a pesar de transitar por una etapa de cambio generacional, donde Ojeda Morán –con solo 21 años– es una de las más veteranas, día a día se complementa más y mejor.
“El proceso de cambio ha sido difícil al inicio porque las chicas venían de diferentes equipos y manejábamos sistemas de juego muy distintos. Nunca habíamos jugado juntas pero, con entrenamiento y voluntad, ahora somos un equipo compacto”, reconoce.
Objetivo universitario
En ese sentido, la voleibolista y alumna de la carrera de Administración de Negocios se muestra optimista de cara a la etapa macrorregional de los Juegos Universitarios, instancia en la que su selección se ha propuesto conseguir el título y clasificar a la etapa nacional.
Sin embargo, Miluska advierte que, para destacar a nivel nacional, se necesitará entrenar más, compenetrarse mejor como equipo y ampliar el número de jugadoras.
En lo personal, aunque le va bien en los estudios, reconoce que compaginar el deporte con la universidad demanda grandes sacrificios, debido a que los horarios y la exigencia académica aún son incompatibles con los entrenamientos y las competencias.
Sin embargo, Miluska no deja de esforzarse porque tiene una certeza: cualquier sacrificio obtendrá su recompensa.