Jorge Pacheco Tejada
Educador
Poco o nada podrá hacer un buen profesor si el alumno no asume sus obligaciones como debe ser. Lograr que el estudiante esté motivado es una tarea ardua, y cuando se emprende hay un aspecto que a veces se descuida: la preparación anímica para enfrentar con éxito todo el periodo académico.
Se requiere tener la disposición anímica más adecuada para ir con entusiasmo a la escuela, el instituto o la universidad, y aprovechar muy bien este nuevo año académico. Ya en el aula, la pregunta que muchos se hacen es ¿cómo ser un buen alumno? Se requieren dos cosas: estar ilusionado y estar decidido.
Un cultivo
La ilusión se cultiva. Es el resultado del pensar y del querer. Si pienso, por ejemplo, cuán importante es la vida académica, me obligo a tener ideas claras sobre la necesidad de educarme, de ir a la escuela y de aprovechar al máximo esta experiencia.
Pero a veces algunos estudiantes piensan que la escuela es aburrida, que preferirían no ir al colegio, que ese profesor o esa profesora no les agrada, etcétera. Esas ideas negativas afectan su estado de ánimo y empiezan a ver el centro de estudios como un lugar indeseable. Esto no ayuda a levantar el ánimo y, por el contrario, la vida académica se torna en una carga pesada.
En cambio, si ayudamos a los chicos a pensar que lo mejor de esta etapa está por suceder, que el aprendizaje les va a servir para forjar un proyecto de vida, que el éxito de la vida académica depende del esfuerzo que le pone uno mismo, la historia será distinta. Pero no solo basta con estar ilusionado, sino que también debemos estar decididos, y algo importante: la decisión también se cultiva.
Estar decididos
Decidir es asumir algo con determinación y se logra cuando el joven es capaz de esforzarse para alcanzar las metas. El esfuerzo es el empleo enérgico del vigor; sin esfuerzo no hay eficacia en la ejecución de las cosas que uno emprende. El esfuerzo es el ánimo para conseguir algo venciendo dificultades.
Ánimo, vigor, brío y valor son todas las actitudes que están referidas a la decisión de hacer bien las cosas. Qué importante es que los estudiantes mantengan la decisión firme de esforzarse por aprender. Esta decisión ayuda mucho porque es el impulso para tener la mente dispuesta al mayor esfuerzo.
A los jóvenes
Toda decisión implica elecciones y renuncias; no tengamos miedo a tomar decisiones. Esto nos hace más conscientes de lo que queremos, de lo que elegimos y de lo que debemos descartar; nos organiza.
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