Crecimiento

Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno de la Universidad Católica San Pablo

Todos esperamos que en 2023 hayamos tocado fondo. Julio Velarde indicó que por primera vez —sin pandemia— el país habría decrecido en un 0.5 %, esto debido a que la inversión privada se esfumó.

El BCR ha indicado que en 2023 la caída de la inversión fue de -7.3 % en Perú, la más drástica desde que recuperamos el equilibrio macroeconómico en la década de 1990; lo que hace imprescindible que haya un plan de choque que nos permita revertir esta coyuntura.

El año 2024 promete un crecimiento del 2 %, eso si no tenemos un fenómeno de El Niño fuerte ni más protestas violentas. Es decir que, saldremos del terreno negativo, pero aún se trataría de una cifra insuficiente para mover la economía cerca de su crecimiento potencial, recuperar los puestos de trabajo perdidos en los últimos años y poder crear nuevos, situación a la que estuvimos acostumbrados hasta 2017.

Todo parece indicar que 2024 será mejor, a pesar de ser un año electoral en EE.UU., lo que definirá el rumbo no sólo de la economía mundial sino de la paz. Si bien se ha diagnosticado que América Latina sorteará un bajo crecimiento en los próximos años, siempre existe la posibilidad de hacer las cosas mejor para darle la vuelta a la página.

Dos ejemplos: Chile ya está recobrando la estabilidad —la Constitución de Pinochet pasó a ser la de Ricardo Lagos— y Colombia tendría la moneda más revaluada de la región —ahora hay seguridad en los especialistas de que las reformas serán de consenso más que de imposición del Ejecutivo—, lo que demuestra que, a pesar de la adversidad, se pueden hacer las cosas mejor y volver a crecer, algo en lo que el Perú ha sabido liderar en el pasado.

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