Comunicación, una forma de prevenir el maltrato infantil

Jorge Pacheco Tejada
Educador

Normalmente no se prepara a los niños y niñas para defenderse de posibles intimidaciones, daños físicos y abusos. No es fácil hablarles de estos temas, pero es necesario hacerlo para que aprendan a protegerse y actúen con prudencia en determinadas situaciones. La casa y la escuela deben enseñar esto de manera intencional y sistemática. 

Lo mejor es una comunicación abierta y fluida, de manera que sean capaces de compartir con sus padres el más mínimo riesgo o cualquier cosa que les haga sentir mal. Y los padres debemos tener estrategias apropiadas para comprender e identificar las conductas violentas que puedan sufrir nuestros hijos tanto dentro como fuera del marco familiar. 

Por ello es indispensable desarrollar competencias comunicativas adecuadas. Deben estar seguros, porque así se lo demostramos, que los queremos, que pueden confiar en nosotros, que pueden contarnos sus problemas, dificultades y dudas. Para generar esta confianza es importante desterrar en nuestro trato las conductas violentas que lo único que logran es alejarlos de nosotros.  

En este periodo vacacional se pueden aprovechar diferentes ocasiones para iniciar una conversación con los hijos sobre el tema y transmitirles la sensación de que se puede hablar sobre ello, ofreciéndoles un ámbito de seguridad para hablar de las cosas que les asustan, les dan miedo, asco o vergüenza. 

Tengamos presente que en la medida en que se fomente la conciencia de los hijos sobre la existencia de riesgos, se les da la oportunidad de generar estrategias para reconocerlos y afrontarlos.

Hablar de estos temas de forma clara, serena y confiada es ya una forma de prevención. Para ello, es necesario que comuniquen sus sentimientos y ayudarles a generar estrategias para reaccionar cuando alguien les hace algo que no les gusta o que les hace sentir mal. Esto es clave. 

Por último, es fundamental señalar la necesidad de desarrollar programas de prevención específicos en los centros educativos, incorporando a todos los agentes implicados: alumnado, familias y profesorado.

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