Gabriel Centeno Andía
Javier Chávez, podría estar litigando en algún juzgado o encargándose de los asuntos legales de una empresa a través de una firma de abogados, pero no. Hace 7 años decidió cambiar los complejos códigos civiles y penales, y encontró su vocación en el aroma y sabor del chocolate.
Él fundó la empresa Chaqchao y la idea surgió en el extranjero, cuando se encontraba estudiando una maestría de Negocios Internacionales y una amiga le comentó sobre los chocolates de Dandelion Chocolate, una empresa que usaba cacao peruano para sus productos. “En ese momento pensé, si esta empresa que se encuentra a miles de kilómetros puede procesar la materia prima que se encuentra en Perú, yo también puedo hacer chocolate”, recuerda Javier.
Así fue que volvió del extranjero con una máquina para elaborar chocolate y empezó a hacerlo como un ‘hobby’, pero luego de participar en una feria de productos orgánicos, decidió emprender su negocio y abrir Chaqchao, la primera empresa de chocolate artesanal orgánico de frijol a barra con sede en Arequipa.
“De niño, siempre me gustó el chocolate, pero nunca me imaginé que llegaría a abrir una chocolatería”, dice sonriendo, pero Chaqchao no es solo eso, actualmente tiene un local donde no solo venden barras de chocolate, sino además se puede degustar café, tortas y —obviamente— una buena taza de chocolate.
“Luego del primer año en la tienda, vimos la posibilidad de ampliar la oferta para convertir la venta de nuestro producto en una experiencia y también darle valor agregado con la preparación de pasteles, tortas, pizzas, cocteles, cervezas artesanales y demás bebidas, aprovechando, además, el local que tenemos en el centro histórico de la ciudad (Santa Catalina N°. 204). Incluso, brindar clases sobre el proceso de elaboración de nuestro chocolate”, refiere.
Cuando iniciaron, el 60% del público era local y el resto era extranjero, pero luego de la pandemia la situación cambió. Actualmente el 100% de clientes son nacionales y son quienes impulsan la reactivación económica, luego de las restricciones sanitarias por el COVID-19.
“Fue complicado afrontar la crisis sanitaria, primero con nuestros proveedores de Piura, Tingo María y Cusco, de donde proviene la materia prima y también con nuestros colaboradores, debido a la suspensión de actividades. Tuvimos que implementar la venta por delivery y el comercio por Internet, y acostumbrarnos a ello, pero poco a poco las cosas van mejorando”, sostiene.
Precisamente Chaqchao abrió la semana pasada un nuevo local de venta rápida en la avenida Ejército N°. 313. “Es un local pequeño para pedir y llevar sus productos en la modalidad pick and go, es una opción distinta de disfrutar nuestros productos al paso”, detalla.
Por ahora, el objetivo principal es sostener el negocio tal cual está, es decir con los dos locales del centro histórico, la venta por Internet y delivery, además del pequeño local de la avenida Ejército. Javier Chávez no se arriesga a dar una proyección a mediano plazo pues la situación es incierta. Lo que sí es seguro, es que en Chaqchao hay —y habrá— chocolate para rato.
EL DATO
Chaqchao elabora chocolate para veganos con leche vegetal, además usa cacao para hacer productos para la piel.
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