Un boticario que destila aromas andinos para el mundo

Boticario Dry Gin nació del cañazo de gran calidad y sumado a insumos como la muña y molle, salió a conquistar el mercado internacional

Gabriel Centeno Andía

El mismo gin que nació en Londres a mediados del siglo XVII, se produce en el pequeño centro poblado de Acoy, una localidad dedicada a elaborar cañazo y que se ubica en el distrito de Aplao (Castilla). Precisamente, el destilado de caña es la base de Boticario Dry Gin, un producto arequipeño que nació hace cuatro años y actualmente no tiene nada que envidiar al original de Inglaterra.

Diego Jalsovec Rendón, es el responsable de esta aventura y aunque hoy se muestra orgulloso por los resultados obtenidos, reconoce también que el trabajo fue duro y le demandó casi dos años obtener la actual receta, que le ha permitido posicionarse como un producto de calidad internacional.

“Mentiría si te digo que el primer lote era agradable. Definitivamente no lo era, así que trabajamos mucho en la destilación y en la cantidad de insumos que usamos para obtener el actual gin, que ha sido aprobado por exigentes sommeliers y este año obtuvo una medalla de plata en el San Francisco World Spirits Competition, que resulta una especie de olimpiada de bebidas destiladas de todo el mundo”, asegura.

Lo que hizo Diego fue innovar. Su familia es productora de cañazo y toda la provincia es conocida por elaborar pisco. Él también intentó producir la bebida de bandera, pero el proceso resultaba muy dependiente de la producción de uva, así que probó con el ron y se dio cuenta que la destilación para obtener un producto de calidad demoraba. Así fue que llegó al gin.

“Lo que hice fue usar el cañazo y destilarlo nuevamente para obtener un alcohol más puro y luego hacerlo otra vez, pero con los ingredientes para el gin que es básicamente el enebro. La base para el gin es obtener un alcohol extraneutro que no tenga olor ni sabor y lo conseguimos de la caña. En Europa lo obtienen del maíz”, explica Diego.

Pero Boticario suma productos muy nuestros como la muña, el molle, entre otros, que marcan la diferencia a la hora de probarlo. Recientemente lograron una singular variedad ‘Boticario Frutos Rojos’ que resulta de una combinación de fresas, zarzamoras, frambuesas, arándanos y una parte de la receta original. 

“Esa idea surgió gracias a un amigo que me pidió una versión especial para su esposa. Yo solo hice una botella, pero él la publicó en redes sociales y etiquetó a Boticario Dry Gin en el Facebook y empezaron a hacerme pedidos. Ahora pienso sacar más sabores andinos y florales, pero vamos poco a poco”, refiere convencido de que la innovación fue fundamental para posicionar su emprendimiento.

Actualmente las ventas se concentran en Arequipa y Lima. Antes de las restricciones por la pandemia, tenía conversaciones para enviar su producto a algunos países de Europa, pero no prosperaron. Ahora tiene una oportunidad de exportar a Ecuador.

Así fue como nació Boticario Dry Gin, cuyo nombre se debe a don Víctor, el abuelo de Diego, que era el boticario de Aplao y el encargado de elaborar remedios cuando la gente enfermaba. “Ahora yo me encargo de curar el alma”, dice entre risas, pues su actividad 100% artesanal se recupera lentamente, luego del duro golpe ocasionado por la pandemia que frenó su producción y venta, pues dependía de los locales y bares que cerraron en la ciudad Blanca. 

“Hemos logrado revalorar al humilde cañazo y sumarle productos andinos para obtener un producto novedoso y de gran calidad”, asegura orgulloso Diego, mientras recuerda que de niño usaban el molle para espantar a los mosquitos, pero ahora es uno de sus principales insumos.

EL DATO

El gin es el segundo destilado más consumido a nivel mundial, luego del vodka. Una de las principales preparaciones es el Martini, aunque hay variedad de Gin Tonic que resultan más refrescantes.

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