Panetones artesanales: una nueva opción en esta Navidad

Aquí te mostramos dos emprendimientos familiares que innovan con el también llamado “pan de Pascua”, para llegar a las mesas arequipeñas en estas celebraciones.

Los panetones son de consumo obligatorio en Navidad.

Christiaan Lecarnaqué Linares

Giussi Huarcaya Lizárraga se graduó en Recursos Humanos en 2015, hizo una maestría y ejerció su carrera a través de una contratista para una empresa minera y una municipalidad. Tuvo buenos trabajos, estabilidad y salario aceptable, hasta que en 2018 nació su hijo y le cambió el camino, de manera positiva.

La estabilidad laboral tiene sus ventajas y sacrificios. Los monótonos y tiranos horarios de trabajo no son aliados de las madres y, en el caso de Giussi, ella sentía que la alejaban de su pequeño. Por eso tomó una decisión: dejar atrás ese empleo y dedicarse a su primogénito.

“Fue complicado seguir trabajando, me costaba dejar a mi hijo, pese a que lo dejaba con mi mamá, con quien tengo confianza. Además, quería pasar esos momentos con él, por ejemplo, darle su primera comida, escuchar sus primeras palabras, y por un trabajo creo que no valía la pena [perdérmelos]”, dijo.

Así, le dedicó tiempo a su papel de madre y también a estudiar panadería y pastelería, cursos claves que apuntalarían su emprendimiento. “Decidí emprender y pasar tiempo con mi hijo”, señaló.

De esta forma, nació ‘Dulzados’, un negocio dedicado a la elaboración de tortas temáticas, bocaditos y, en Navidad, a panetones artesanales.

Con ayuda de sus padres, hermanos y su pequeño hijo, porque él también pone el hombro, sacó adelante este proyecto. “[Mi hijo] colabora, le gusta. Me dice que cuando sea grande quiere ser pastelero”, comentó con humor y orgullo.

Este equipo viene fabricando un promedio de 70 panetones a la semana que actualmente se venden en Exponavidad, feria ubicada en el Mall Aventura. También lo ofrecen por delivery.

Las principales innovaciones de su producto son: su preparación artesanal y el uso de ingredientes naturales. Tiene una presentación con castañas y chispas de chocolate, otra en que los panetones están rellenos de manjar, crema de pishtacos, trufa de chocolate o, el más exitoso, nutella. Este último, recién lanzado este año, tiene buenas ventas en lo que va de la temporada, así como el chocotón, y los panetones de naranja, arándanos y pasas rubias.

Cuando termine la Navidad, Giussi Huarcaya regresará a sus tortas temáticas, además de idear nuevas innovaciones para la temporada de 2023.

‘Dulzados’ ofrece panetones artesanales con relleno.

Los cereales de mamá

La mamá de Juan Miguel Medina vende productos como quinua, kiwicha, cañihua y los poderosos ‘siete cereales’, por más de 20 años en un puesto de la feria del Altiplano, bajo el nombre de ‘Cereales Rosita’. Con el paso de los años y ayuda de sus hijos innovó con un snack de maca, quinua y hojuelas y, en esta Navidad, con los panetones artesanales saludables.

Un panetón comercial tiene un color amarillo, con un dulce bastante intenso que lleva un poco de licor. Pero uno saludable o nutritivo presenta un color más amarronado que no exagera el dulce, con un contenido más contundente, que no equivale a esos cinco panes que significa comer una tajada de panetón de supermercado, sino nutrientes que pueden disfrutarse sin sentimiento de culpa en esta Navidad.

Juan Miguel Medina, subgerente de este emprendimiento, explicó que los panetones ofrecidos hace cuatro años por ‘Cereales Rosita’ tienen 40 % de cañihua, 25 % de kiwicha y 30 % de quinua roja, negra y blanca. Unos van con pasas y frutas confitadas, y otros con chispas de chocolate. Las frutas confitadas tienen la menor cantidad posible de conservantes para mantener el valor nutritivo del producto. También cuentan con presentaciones elaboradas con estevia para personas con diabetes.

Los ingredientes se adquieren de agricultores de Ilave, Puno, donde funciona la fábrica de este emprendimiento. Los ingredientes procesados se traen a Arequipa para la producción de los panetones.

En la actualidad, esta cadena productiva está afectada por la sequía observada en Puno, que ataca directamente al corazón de este emprendimiento, ya que los cereales cultivados requieren de la lluvia exigida por los agricultores.

Si continúa esta coyuntura habrá escasez y, en consecuencia, alza en los precios que podría menguar la afluencia de clientes al negocio. Medina expresó preocupación, pero confía en que la madre naturaleza sea indulgente y envíe la lluvia necesaria en las siguientes semanas para evitar este complicado escenario.

‘Cereales Rosita’ vende panetones con quinua, kiwicha y cañihua.

La tradición de los panetones

Puede faltar el pavo en una mesa, pero jamás un panetón. Su presencia es indispensable, no hay reemplazo para este también llamado “pan de Pascua”. Según el historiador, Juan Guillermo Carpio Muñoz, el panetón empezó a comercializarse en Arequipa entre las décadas del 50 y 60, por intermedio del italiano, Guino Galleti.

Por ese periodo, los panetones D’onofrio empezaron a venderse en el Perú desde 1956, según la historia de la misma empresa. Precisamente, en el diario El Pueblo de 1957, hay un aviso de un cuarto de página del ‘Café Bar Dalmacia’ que ofrecía panetones Motta, Dalmacia y D’onofrio.

En el diario El Deber, digitalizado por la Universidad Católica San Pablo, aparece una nota titulada “El panetón de pascua” del 25 de diciembre de 1931, que daba pautas para preparar este pan, cuyos ingredientes incluían harina, huevos, pasas y limón confitado.

La venta masiva de panetones empezó en la década del 50 del siglo XX, pero su origen data de 1470 en Italia para consumo familiar.

En la actualidad, se encuentra panetones a la vuelta de la esquina y con precios aún menores a los 10 soles.

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