Mónica Huerta, “Para las picanteras, es un mérito estar de pie”

La gastronomía arequipeña, ocupa un lugar especial en las mesas peruanas y hoy, se visten de gala por el bicentenario del país, pero no ha sido fácil sostenerse en el tiempo

Gabriel Centeno Andía 

Cuando era más joven, no quería saber nada de la picantería, la odiaba. Pero con la pérdida de su abuela y luego de su madre, ella tuvo un nuevo despertar, asumiendo que su legado gastronómico, era una historia que debía continuar.

Doña Juana Palomino, se consideraba una ‘judía errante’, porque muchas veces tuvo que dejar un local y buscar uno nuevo para instalar su picantería. “Los dueños, al ver que mi abuela tenía éxito, la sacaban del local y ponían su propia picantería. Así ella iba buscando nuevos espacios para poder hacer lo que mejor sabía: cocinar”, recuerda Mónica Huerta, propietaria de La Nueva Palomino.

La madre de Mónica (doña Irma Alpaca), tampoco la tuvo fácil. Ella también tuvo que empezar de cero y hacer frente al miedo, a los problemas económicos, sociales y hasta a familiares para salir adelante con su negocio propio. Fue un emprendimiento que nació con mucho dolor, pero lo logró.

Mónica también pasó momentos complicados en la administración de su local. La pandemia provocó un fuerte impacto en su actividad y cerraron durante mucho tiempo; empezar de nuevo no fue sencillo, pero la gastronomía arequipeña supo sobreponerse y seguir.

“Me siento muy complacida y orgullosa por el legado de las picanteras, porque muchas veces pudo desaparecer. Actualmente es un mérito estar de pie. Siento que, en medio de todo este caos, hay gente que sigue adelante por el ejemplo de sus madres y abuelas, que enfrentaron crisis económicas, políticas, incluso revoluciones, pero decidieron continuar”, refiere.

Actualmente, ir a una picantería no solo se trata de comer un plato de comida, sino de reconocer una tradición e historia del país. “Se trata de saborear el pasado, la historia, el trabajo y persistencia de muchas picanteras, que hasta hoy, siguen adelante pese a las vicisitudes. Cumplir el bicentenario así, es un gran mérito”, admite.

Una historia que continúa

Mónica no quería saber nada con la picantería, pero con la pérdida de su abuela y de su madre, tuvo un nuevo despertar, asumiendo que su legado gastronómico, era una historia que debía continuar.

Se involucró tanto con la cocina arequipeña, que forma parte de la Sociedad Picantera de Arequipa y fue designada embajadora de la marca Perú.

“Ahora quiero seguir contando la historia de mi abuela en cada plato de comida. Que las personas sientan, no solo un aroma o sabor, sino la pasión que hay en la preparación. Que los acaricie, los sane y reconforte, así como yo sentía que la comida de mi abuela lo hacía conmigo de pequeña”, sostiene.

Ahora la lucha de Mónica y de todos los que integran la sociedad picantera, es preservar la gastronomía arequipeña y que pronto pueda ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. “Creo que, si desaparecen las picanteras, perderíamos una parte importante de la historia. Ahora tengo mucha esperanza de que la gente siga enamorándose de nuestra cocina y estamos trabajando duro para eso”, afirmó. 

Menú de fiesta

Si una picantera quiere celebrar, ¿qué platos tradicionales prepararía por el bicentenario?, le preguntamos a Mónica y respondió que serían lo que preparaba su madre en épocas especiales.

“Definitivamente el menú, sería uno que me acerque a mi madre y mi abuela. Empezaría con una ocopa de camarones, cuya preparación es bastante especial, seguiría con un caldo de palomas de cordero, como lo hacía mi abuela en el campo y también prepararía un arroz de rabos chaguachagua con su rocoto hervido encima”, confiesa Mónica.

Para refrescar la jornada, sugiere un buen vaso de chicha de guiñapo con un poquito de chirimoya. “Cuando era día de fiesta, mi mamá tomaba la chirimoya más madura, la pelaba y quitaba las pepas, luego la colocaba trizas dentro de una jarra, le echaba la chicha, esperábamos media hora y no te puedes imaginar el tipo de chicha que tomabas”, indica.

EL DATO

La Sociedad Picantera de Arequipa, logró que la picantería arequipeña sea declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, el 16 de abril de 2014.

Salir de la versión móvil