Christiaan Lecarnaqué
Joel Laura Huamanguillas tiene claro de dónde vinieron sus aspiraciones de emprender un negocio: de su abuelo y su madre.
“Siempre me decían que tenga mi negocio y que no trabaje para otros”, recordó.
Él viene de una familia de negociantes. Durante 20 años, su abuelo Leonidas se dedicó a la venta de plásticos y descartables, y su mamá, Yane, continúa con el legado en una tienda de la calle Piérola.
“Me decían que haga negocios, pero también que estudiara”, nos contó Joel.
Entonces, animado por esa chispa emprendedora estudió Administración de Negocios en la Universidad Católica San Pablo (UCSP).
“Por esos años no tenía claro si debía continuar con el negocio familiar, pero sí quería tener mi negocio propio”, comentó.
Así empezó a buscar capital para su futuro negocio y durante sus estudios de pregrado se dio una oportunidad. Un aviso colocado en la universidad informaba que la Sunat solicitaba alumnos de los últimos ciclos para realizar trabajos parciales en sus sedes.
Postuló y lo aceptaron.
“Yo estudiaba y trabajaba. Por esos años estaba en el octavo o noveno semestre”, dijo.
En la Sunat laboró siete años en diferentes áreas administrativas de las sedes en Arequipa y Lima.
“Por un momento pensé en hacer carrera en la Sunat”, mencionó. Sin embargo, su objetivo emprendedor pesó más en su decisión final.
El negocio paralelo
Mientras trabajaba en la Sunat, tenía un negocio de juguetes iniciado en 2012 y que sacaba adelante con ayuda de su mamá.
Cuando empezó a analizar si debía continuar en su trabajo o dedicarse exclusivamente al negocio, las importaciones en China empezaban a ganar terreno en el mercado peruano.
Joel se capacitó, estudió diplomados y vio una oportunidad. Por eso, en 2017, renunció a la Sunat para dedicarse exclusivamente a los negocios familiares.
Viaje a China
Se involucró tanto en los negocios que viajó, junto con su mamá, a China a buscar proveedores.
“Siempre me preguntan si alguien me llevó, pero nos fuimos solos. Nos fuimos con Dios”, contó esta anécdota entre risas, reafirmando su fuerte vínculo con Dios.
En ese país se contactaron con proveedores, apoyándose en el idioma inglés y a veces en un traductor para hacer negocios.
Comentó que no es complicado negociar con los chinos, ya que su idea es ofrecer lo que solicita el cliente.
“Yo tenía claro lo que quería. El peruano busca lo novedoso y económico”, precisó.
De esta manera, lograron importar su primer contenedor con diferentes productos. Hoy, importan entre 10 a 15 contenedores al año.
EL DATO
La sede principal de Codisar se ubica en calle Alto de Luna 214 (detrás del mercado San Camilo). Para cualquier información pueden comunicarse al 054 291488. Tiene cuenta de Facebook: https://www.facebook.com/grupocodisar y Tik Tok: @grupocodisar
Cambios para bien
Su dedicación exclusiva al negocio familiar implicó cambios, como sistematizar los procesos y darle una identidad de marca. Además, decidió importar directamente ya que, anteriormente, su familia compraba los productos a comerciantes limeños.
También amplió su rubro. En la actualidad, manejan cuatro líneas de negocio: plásticos y descartables, piñatería, juguetería y productos de temporada, así como biodegradables.
El Grupo Codisar
De este modo, nació Grupo Codisar que significa Corporación Distribuidora de Artículos Importados.
El negocio empezó a crecer y el local de Piérola quedó chico, por eso invirtieron y se mudaron a lo que es la sede principal en la calle Alto de la Luna. Además de estos dos establecimientos, también tienen otro en la calle San Juan de Dios.
“Este local de Alto de la Luna nos ha permitido visionar más, porque la gente te pide más”, manifestó.
La mayoría de sus productos vienen de China con garantía de calidad y buen precio, que es lo que busca el cliente.
“China es la fábrica del mundo. Ellos siempre están trabajando”, sentenció.
Venden al por mayor y menor. Ahora están preparándose para la campaña navideña y ofrecer juguetes de toda calidad y precio.
La siguiente meta es expandir el negocio y llegar a la periferia.
Asimismo, está a la expectativa con respecto al inicio de operaciones del puerto de Chancay, porque el precio de los productos podría bajar o estos llegar más rápido a Arequipa.
Desde su oficina, Joel aconseja a los emprendedores a perseverar, capacitarse y ganar experiencia.
La influencia familiar quizás fue un factor que inclinó a Joel a manejar un negocio, pero también pesaron sus ganas de independizarse y manejar sus propios proyectos. Al final, todo hace suponer que nació para el emprendimiento.
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