Herederos del cariño y buen sabor

Los hijos de doña Dominga, continúan el legado de la preparación de los mejores sánguches de Arequipa

Gabriel Centeno Andía

Doña Dominga, solía caminar varias cuadras ofreciendo sus sanguchitos; sus hijos la recuerdan vendiendo fuera de algunos bancos y en las sedes de algunos ministerios. Los sánguches eran buenos, pero lo que más agradaba a los clientes, era el cariño que le ponía a la hora despachar.

El buen trato y —obviamente— su buena sazón, sirvieron para que no tenga que caminar más para llegar a sus clientes, y eran ellos quienes la buscaban en las inmediaciones de la avenida Parra, en el toldito rojo, allí estaba.

Dominga Aberanga Cornejo, falleció el año 2021 a los 70 años y 50, los dedicó a la preparación de sánguches. Fue algo fortuito para su familia, pues siempre conservó su salud. “La cuarentena le afectó porque no pudo salir a vender. Ella siempre salía y no hacerlo le chocó”, sospecha su hijo José Luis.

Herederos

Probablemente la sazón pueda heredarse y persistir en una receta, pero el cariño y trato a las personas, es algo que es difícil mantener de generación en generación; sin embargo, Dominga lo consiguió.

“¿Le pongo más sarsita, papito?”, le pregunta Geovana Pilares a uno de sus clientes, que pidió un sánguche de chicharrón. Su hermano José Luis agrega, “¿Quieres tu gaseosita helada o al tiempo?”. Definitivamente la atención de doña Dominga, se mantiene intacta.

“Mi mamá nos formó con cariño y mucho respeto hacía los demás. Cada uno de mis hermanos vio la manera de atender a los clientes y el afecto que transmitía siempre. Incluso, todos hemos metido mano al negocio que ahora queremos mantener”, asegura José Luis, que ahora tiene una página en Facebook como Chicharrones y churrascos doña Dominga.

El sueño de mamá

“Me gustaría que mis hijos prepararán lo mismo que hago y salgan adelante, porque ya tengo mis años y tengo achaques, y me gustaría tener un restaurante, pero cuando uno tiene varios hijos, primero piensa en salir adelante”, reveló alguna vez, Dominga, cuando la entrevistaron para un diario local.

Actualmente de los siete hijos que tuvo Dominga, cuatro se dedican al negocio de los sanguchitos. Teresa, prepara los chicharrones y tiene listo el churrasco para vender, Geovana, sirve y despacha los pedidos, y José Luis, vende los refrescos y gaseosas. Carmen, también llega y apoya en el puesto, que ahora se ubica en la calle Tacna y Arica por la estación del ferrocarril.

“Ahora más que nunca, queremos mantener el negocio de mi madre, pues se ha convertido en un negocio familiar donde participan mis sobrinos y otros familiares. Esperamos capitalizar el negocio que se vio afectado por la pandemia y tal vez, abrir otro local en otros distritos; también atendemos en la casa de mi mamita, en Ciudad Blanca (Paucarpata), en la Av. Che Guevara N.° 1214 a espaldas de la comisaría. Esa idea surgió porque no podíamos salir [por la pandemia]”, refiere José Luis.

Para aliviar un poco la afluencia de clientes que hacen colas, habilitaron el servicio a domicilio a través del número 958 282 415. Seguramente José Luis, los atenderá y les preguntará si quieren algún adicional para su sanguchito de chicharrón, churrasco, lechoncito, pierna o chicharrón de pollo.

EL DATO

Algunos tiktokeros como @CucharaMaldita, llegaron a probar los sánguches de Dominga y obviamente hicieron la reseña para recomendar el lugar.

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