El partido más duro de nuestra capitana

Karina Torres llevó la antorcha de los Juegos Parapanamericanos Lima 2019. Ahora sin empleo, se alimenta de una ‘olla común’ por la falta de recursos.

Intentó iniciar varios emprendimientos pero ahora ofrece suplementos dietéticos, alimentos y otras bebidas para desintoxicar el organismo.

Gabriel Centeno Andía

Si Karina Torres Mendoza exhibiera las distinciones que logró en su carrera deportiva, no habría espacio suficiente en su casa para tantas fotos, medallas, recortes de periódicos y trofeos obtenidos por la pasión que tiene por el básquet. 

En resumen, ella es bicampeona nacional con su equipo ‘Amigos para siempre’, además ha participado en siete campeonatos internacionales representando al Perú y es la capitana indiscutible de la Selección Nacional de Baloncesto en Silla de Ruedas desde hace 10 años.

Por su notable trayectoria deportiva, fue elegida para llevar la antorcha de los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, pero esas mismas manos que el año pasado se lucían en fotos con la antorcha del importante evento deportivo ahora sostienen un cucharón de metal con el que prepara la ‘olla común’ que comparte con sus hermanas.

Y es que la pandemia le ha jugado en contra, pero eso no la amilana y por el contrario saca lo mejor de ella para salir adelante. Este es —tal vez— el partido más duro que le tocó en la vida, pero tiene al mejor equipo para afrontarlo: su familia.

Básquet para siempre

A los 17 años Karina tenía miedo de realizar una vida normal. Ella nació con una discapacidad (secuela de mielomeningocele-espina bífida) y siempre usó bastones para movilizarse. Solía decir ‘no puedo’ cuando le proponían hacer algo diferente, pero cuando cumplió la mayoría de edad recibió una invitación para ver un partido de básquet. Esa tarde se animó a jugarlo y desde ese día no ha parado.

“Yo nunca hice deporte. En el colegio estaba exonerada del curso por mi discapacidad y tenía miedo a lesionarme o que algo me pasara. Me sentía tan frágil, pero desde que empecé a practicarlo ya no tengo miedo. Me he torcido los dedos, he caído varias veces, me he golpeado, pero ya no digo no puedo”, narra con nostalgia.

El talento en esta disciplina la llevó a integrarse al equipo ‘Amigos para siempre’, con el que obtuvo importantes logros que le permitieron llegar a la selección nacional. Es la capitana del equipo de la selección de baloncesto en silla de ruedas y pese a la situación que atraviesa, se prepara para el Sudamericano 2021 que le permitirá llegar al mundial en Turquía 2022. También integra el equipo nacional de paratletismo y entrena para los Juegos Paralímpicos Tokio 2021.

Actualmente practica en su casa, en el pueblo joven Santa María de Guadalupe del distrito de Sachaca, además tiene sesiones vía Zoom con una entrenadora de Brasil con la que se conecta una vez a la semana y realiza sus ejercicios para mantener su nivel. Su mente siempre está enfocada en el deporte, pero su corazón late por su pequeño Josué, su hijo de 4 años que casi siempre corretea a su lado cuando la ve entrenar. 

“Es terrible (ríe), pero es un niño feliz. Está creciendo sanito y lo más importante es que lo amamos. Él entrena conmigo, además juega fútbol y en algunas ocasiones viajamos en algunos partidos. Es el más emocionado en la tribuna”, nos revela Karina.

El mejor equipo

Antes de la pandemia, la deportista arequipeña se dedicaba a cuidar a un grupo de niños en su casa, pero apenas inició el estado de emergencia los padres ya no necesitaban dejarlos. Incluso a su esposo José también lo suspendieron en su trabajo por ser una persona vulnerable al contagio del COVID-19. Él se desempeñaba como ayudante administrativo en la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema).

“La situación estaba complicada y decidimos administrar bien nuestros ahorros hasta que tengamos un ingreso. Por eso, para no gastar tanto optamos por hacer una ‘olla común’ en mi casa con mis hermanas Juana y Susana. Cocinamos a leña y nos turnamos para preparar el almuerzo y traer los insumos. Tengo unas hermanas increíbles”, afirma con convicción. 

Es así como Karina ha podido sortear la pandemia, no en vano obtuvo el primer puesto como técnica en Administración del Instituto Unitek. Pero también la ha tenido difícil y ha fracasado en algunos emprendimientos. “Hace unos meses intentamos hacer delivery de comida, pero la zona en la que estamos es alejada, así que no pudimos. Luego intentamos con mis hermanas ayudar en la chacra, pero era mínima la cantidad de personas que tomaban, así que lo dejamos”, cuenta con preocupación.

Ahora vende diversos productos, principalmente suplementos dietéticos, alimentos y bebidas elaborados a base del hongo ganoderma para eliminar toxinas del cuerpo. “Yo empecé a consumirlos y me parece que son buenos y accesible. Hace poco los ofrezco a mis amigos y conocidos por mi perfil de Facebook (Karina Torres Mendoza)”, asegura.

Su familia es su impulso, precisamente su esposo José Sicus fue quien la invitó a jugar básquet hace 15 años y cambió su vida. “Es un buen maestro, mi mejor amigo y una gran persona. Formamos un excelente equipo y le agradezco a la vida por haberlo conocido”, dice emocionada y más aún, enamorada.

EL DATO

Para apoyar a nuestra deportista pueden comunicarse al 950 388 365 para consultar por los productos en venta y adquirirlos.

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