Educar para amar

Anagrama, es una iniciativa de un grupo de especialistas que, busca ayudar a las familias y escuelas, brindando educación integral sobre el amor, afectividad y sexualidad

Gabriel Centeno Andía

Hace tres años, cuando las redes sociales y medios de comunicación realizaban publicaciones sobre la petición para legalizar el aborto en el país, Caroline Melgar, recibió el mensaje de una amiga; ella le proponía lanzar una iniciativa para llevar información a las personas sobre ese tema.

La idea era hablar de ese tema con data real (investigaciones y estadísticas), sus consecuencias, así como otras propuestas que podrían ayudar realmente a las mujeres, sin someterse a un aborto.

“Lo que comenzó como una idea para publicaciones en redes sociales, se convirtió en un proyecto para enseñar educación integral de la sexualidad en las escuelas”, refiere Caroline.

En ese momento, convocaron a algunos compañeros, pero estaban en cursos de especialización para insertarse al mundo laboral; sin embargo, con el tiempo consolidó un equipo de psicólogos especialistas en sexualidad, familia, bioética, antropología cristiana, planificación familiar, entre otros.

El equipo inicial, estuvo integrado por María del Carmen González, Adriana Meza, Carlos Zúñiga y Caroline Melgar, todos de la carrera de Psicología de la Universidad Católica San Pablo (UCSP). 

Anagrama

El equipo de especialistas necesitaba un nombre, así surgió la idea de llamarlo Anagrama, para brindar un punto de vista distinto acerca de lo que se conoce como ‘educación sexual’.

“Además, nuestro anagrama es un juego de palabras, porque al revés se lee ‘amar gana’.

Precisamente la palabra amor ha sido tan distorsionada, ya no se menciona en las guías de educación sexual; sin embargo, nosotros estamos convencidos que es la base para todo, más aún cuando queremos educar en sexualidad”, asegura Caroline.

Dos proyectos

Actualmente Anagrama, desarrolla dos proyectos. El primero con la ONG Acertar y consiste en brindar evaluaciones psicológicas a estudiantes en un colegio nacional del distrito de Mariano Melgar, para luego aplicar un programa psicoeducativo vinculado a la educación emocional pospandemia y la sexualidad.

El segundo es con la ONG Agustina y la Osa Mayor, que une esfuerzos para visibilizar los problemas en torno al abuso sexual infantil y comprometer a toda la sociedad a tomar acciones para proteger a los niños y adolescentes, frente este tipo de violencia. Además, desarrollan talleres y charlas para estudiantes, padres y docentes, desde el nivel inicial hasta la secundaria en los colegios que los contactan.

“Somos católicos y muchas veces, se difunde la idea de que nos oponemos a hablar de sexualidad, cuando en realidad proponemos que sí se hable, pero desde otra perspectiva. Un anagrama es justamente eso, una nueva palabra a partir de otra. Ya venía implementándose una corriente de educación sexual, no queríamos frenar esto, sino dar a conocer una propuesta que tenga en cuenta todas las dimensiones del ser humano, incluida la espiritual”, sostiene.

En la actualidad, el equipo de Anagrama creció y suman casi 10 profesionales; además de psicólogos, participan un abogado, un ingeniero industrial y publicista para potenciar su incursión en redes sociales. Precisamente en este espacio, desarrollan algunos temas en torno a la sexualidad que solicitan sus seguidores y analizan las propuestas sobre educación sexual que brinda el Estado.

Muchacha, levántate

Caroline es psicóloga y está certificada como agente de planificación familiar natural e instructora de métodos naturales, por la Pontificia Universidad Católica de Argentina y en diciembre del año pasado, inició el proyecto Talita Cumi Perú.

Talita cumi significa ‘muchacha, levántate’ y la elegí porque, frente a todo el ataque que recibe la feminidad hoy en día, es necesario que las niñas, adolescentes y mujeres levanten su voz, para revalorar lo maravilloso del cuerpo, mente y alma femenina”, sostiene.

El objetivo es llevar educación de calidad sobre el ciclo menstrual y la fertilidad, a las familias y escuelas; además, realizar acción social con personas de bajos recursos que, necesitan salir del círculo de la violencia y pobreza.

“Hace poco iniciamos la versión de talita cumi para niñas y adolescentes, con el fin de llevar talleres dinámicos, pero al mismo tiempo reflexivos, sobre lo maravilloso que es ser mujer”, explicó.

Lo que pretende a través de esta iniciativa, es ayudar a las familias a abordar estos temas desde el hogar y al mismo tiempo, reforzarlo en las escuelas. “Necesitamos hablar de esto sin prejuicios y respetando siempre la dignidad de las personas”, dice convencida.

EL DATO

A corto plazo, Anagrama espera consolidar una ONG que abarque tres líneas de impacto socioeducativo: educación, investigación y atención psicológica.

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