De boxeador amateur a emprendedor

Juan Carlos Peñaloza es un campeón y esquiva muchos golpes en la vida para salir adelante

Gabriel Centeno Andía

Cuando quedaban pocos días para que Juan Carlos regrese a Lima y retome su entrenamiento como integrante de la Selección Nacional de Boxeo del Perú, fue víctima de un robo en el Cercado de Arequipa. Lo apuñalaron dos veces en el abdomen y lo golpearon en la cabeza. Producto de la agresión quedó internado en un hospital por quince días y permaneció en casa —en reposo absoluto— casi medio año.

“Me agarraron desprotegido”, dice Juan Carlos Peñaloza, ante la fatalidad que lo alejó del ring durante buen tiempo. “El doctor me dijo que ya no volvería a boxear ni realizar ningún deporte, fue muy duro asumir eso porque apenas tenía 21 años”, recuerda.

Precisamente su juventud contribuyó en su recuperación y luego del ataque —casi 2 años después— ganó un campeonato internacional en Chile. Ese logro lo motiva hasta hoy, pues resulta el mejor aliciente para reponerse a cualquier eventualidad.

Actualmente Peñaloza sigue boxeando como amateur. Hace algunos años enseña este deporte en academias de verano y de manera personal, también natación. Sin embargo, desde el año 2020 no pudo hacerlo por el confinamiento y empezó un emprendimiento vendiendo sacos de box, guantes, vendas y hasta pesas y máquinas de gimnasio, aprovechando el ‘boom’ de personas optaban por entrenar en casa.

Así pudo reponerse de alguna manera a la crisis económica que lo afectó —como a muchos deportistas— durante el primer año de la pandemia. “Ni cuando me apuñalaron caí al piso”, dice orgulloso el deportista y ahora emprendedor, que aprovecha al máximo el boxeo.

Amigos del ring

Juan Carlos conoció a Jonathan Maicelo cuando entrenaba en Lima, en la selección nacional. Son amigos y antes que Maicelo abra su restaurante en Arequipa, le pidió unos sacos de box para colocarlos en el interior de su local.

“En Lima entrenamos juntos y siempre mantuvimos el contacto. Lo acompañé en el corso de Arequipa en 2010 y en algunas cosas que tenía proyectadas aquí. Un día me llamó para comprarme los sacos, yo accedí, pero le dije que me haga mi ‘cherry’ (propaganda). Él aceptó y todo fue mejorando con mis clases de natación, con el boxeo, aunque ahora todo nuevamente es una incertidumbre”, dice preocupado el púgil, que se prestaba a formalizar su empresa.

Peñaloza ahora quiere abrir un gimnasio, pero es una meta a mediano plazo. Lo que anhela a corto tiempo, es conseguir apoyo para los jóvenes boxeadores que tienen cualidades, pero no recursos económicos para entrenar o una adecuada alimentación.

“En este deporte no hay oportunidades ni apoyo, creo que está muy estigmatizado por lo rudo que parece, pero también hay mucho desconocimiento. Solo espero que el Estado o el sector privado pueda apoyar a los chicos con talento”, sostiene con cierta nostalgia y añorando, tal vez, la suerte que tuvieron algunos contemporáneos suyos como el mismo Maicelo o Carlos ‘Mina’ Zambrano.

Pero Juan Carlos todavía no piensa en el retiro. “Cuando alguien me saque el ‘ancho’ o me noquee, recién veré si cuelgo los guantes, pero por ahora no hay nadie que lo haga. Por eso he retado a Maicelo a una pelea y ojalá se pueda dar este año, ya lo estamos coordinando”, confirma.

EL DATO

Juan Carlos Peñaloza empezó a boxear a los 12 años. Su padre lo llevó a ver sus primeras peleas y campeonó a nivel nacional, por lo que fue convocado a la selección peruana. Para apoyarlo puede llamar al 955 260 473.

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