Christiaan Lecarnaqué
Desde los siete años, Christian Delgado López trabajó para ayudar a sus padres. Primero vendía chocolates por la calle Mercaderes y luego laboró en una panadería en El Pedregal, en el distrito de Majes, Arequipa, así aprendió el oficio y se convirtió en panadero.
Estudió la carrera de Ingeniería de Industrias Alimentarias y sus aspiraciones, como en la mayoría de jóvenes, se reducían a buscar un buen trabajo. Dedicó su tiempo a colaborar en supermercados y otras empresas hasta que tomó una decisión: emprender su propio negocio.
Los complicados inicios
En enero de 2018, inició esta complicada y satisfactoria aventura de emprendimiento fundando su panadería a la que bautizó con el nombre de Antaño, pero tuvo un problema. Quiso patentar la marca, pero el nombre ya lo tenía registrado otra empresa en el norte del país.
Así que cambió Antaño, por Lapala, aludiendo a la pala que emplean los panaderos para colocar y retirar el pan en el horno. Desde 2021, Lapala funciona en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero.
Hoy, sentado en el área de producción, recuerda que los tres primeros años fueron duros. No había tiempo más que para hacer pan, además, contaba con un capital limitado.
Este panorama, lejos de amilanarlo lo impulsó para continuar con su segundo objetivo: ser un panadero libre.
Por experiencia sabía que el oficio de panadero es duro. En este negocio no hay mucho descanso ni feriados, lo que deja fuera la posibilidad de participar en alguna reunión familiar.
Estos recuerdos ingratos lo motivaron a optimizar mejor sus tiempos. Además, aprender técnicas del oficio en España y Francia le permitieron apuntalar mejor su proyecto.
Las estrategias
Para ello, adquirió equipos que le permitieron conservar fresca, por varios días, la masa del pan. Esta innovación evitó los turnos de noche y madrugada, muy habituales en este rubro.
Así, pasó de la etapa de autoempleado a gerenciar un grupo de ocho trabajadores encargados de producir el pan.
Para Christian, ser un panadero libre significa no depender de las marcas. Esto le permite tener plena libertad al momento de utilizar ingredientes que, en el caso de Lapala, son más naturales y saludables.
Lapala utiliza masa madre para ofrecer una mixtura de panes como el campesino espiga, campesino baguette, campestre campesino, campesino de maíz cabañita, entre otros.
Otra característica que marca la diferencia en esta panadería es que se desarrollan fermentaciones más lentas que ayudan a una digestión más sana en el organismo. “No hay que apurar la fermentación”, concluyó.
Bajo este método es que prepara, por ejemplo, el pan de tres puntas. Esta producción demora tres días.
De esta manera, Christian rescata técnicas antiguas, más sanas y menos dañinas para el organismo.
También incluye en sus ingredientes el concho de chicha de huiñapo, que funciona como una levadura. “Antes se hacía el pan con este ingrediente, antes de que llegara la levadura”, contó.
EL DATO
Pueden encontrar Lapala Artesanal en: https://www.facebook.com/antano.Arequipa ; TikTok: @lapala.arequipa; Instagram: https://www.instagram.com/lapala.Arequipa y si se contactan al: 923 194 427.
Buena imagen
Gracias a estas innovaciones es que se proyectó participar en eventos locales e internacionales. Ganó torneos nacionales y compitió en el Mundial de Pan desarrollado en 2023 en Francia, donde llevó el tradicional pan de tres puntas de Arequipa.
Además, relanzó El baúl del panadero, una academia donde comparte sus experiencias y ayuda a otros panaderos a optimizar sus tiempos y mejorar sus panes.
Esta imagen construida le ha permitido ganar reputación y confianza entre el público, que ha repercutido favorablemente en su negocio.
En la actualidad, cuenta con dos locales, a uno de ellos llegan los clientes en sus autos desde muy temprano a comprar el pan y se agota en horas.
Ahora, con la paciencia que prepara sus panes, espera que Lapala crezca y se haga más conocido a nivel nacional.
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