Pan artesanal y nutritivo para una dieta saludable

Existe una tendencia que promueve el uso de mejores harinas, que no son refinadas

Los productos de Masamama también los encuentras en supermercados Franco y Kosto.

Los encuentras en Masamama y La Cannelle, dos empresas arequipeñas dirigidas por jóvenes interesados y preocupados por la salud de las personas.

Gardenia Capa

Ximena Carrasco de 26 años, dice que lo mejor es invertir comiendo productos sanos, porque después una enfermedad nos puede salir muy caro.

El pan, un alimento casi sagrado e infaltable en las mesas de muchas familias peruanas, es en su mayoría elaborado de manera industrial y con ingredientes poco saludables. Por esa razón en los últimos años, en el rubro de la panadería existe una tendencia a elaborar panes artesanales y orgánicos evitando el uso de harinas refinadas.

La panadería artesanal no está ligada al trabajo manual, sino más bien al proceso de fermentación prolongada, al respeto por las características y la integridad de las masas con ingredientes más naturales.

En Arequipa, ya existen empresas que elaboran este tipo de pan con el único objetivo de ofrecer a las personas un alimento de calidad y 100% saludable.

La Cannelle

Ximena Carrasco Flores estudió ingeniería industrial, pero desde siempre tuvo un interés mayor por la salud y la nutrición. Su estilo de vida, ha girado en torno a una alimentación saludable y a la práctica de ejercicios, por eso, luego de terminar sus estudios universitarios estudió un curso para convertirse también en coach nutricional.

“Mi interés por la comida saludable fue tan grande, que decidí estudiar en el Instituto de Nutrición Integrativa de Nueva York, no solo para mi beneficio, sino para orientar a otras personas sobre su alimentación”, cuenta Ximena.

Mientras se preparaba, también pensó en la creación de un blog o una empresa dedicada a la producción de alimentos saludables. Esa decisión le tomó un poco más de tiempo, hasta que en el 2018, vio por fin el inicio de una pequeña empresa a la que le puso de nombre La Cannelle.

Con el apoyo de su madre y en base a ‘prueba y error’, la joven emprendedora fue elaborando y presentando al mercado, una variedad de postres nutritivos y panes artesanales. “Quería demostrar a las personas que comer saludable no significa comer alimentos feos o insípidos, sino que se puede comer rico y con ingredientes nutritivos”, explica.

Los panes artesanales se caracterizan por su sabor ácido, corteza más oscura y crocante, y la miga está formada por alveolos
Los ingredientes básicos que utilizan en Masamama son trigo molido en piedra, sal de Maras y agua.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comer pan muchas veces es sinónimo de gordura o sobrepeso, pero Ximena dice que no existe alimento que engorde, más bien, el aumento de peso tiene que ver con la cantidad o porciones que uno consume. “El pan artesanal, al estar elaborado con harina de trigo, otorga al organismo fibra, minerales y vitaminas. Se recomienda su consumo por su valor nutritivo”, agrega.

Los panes que La Cannelle ofrece son: el de semillas (con chía y semillas de girasol) y el de chocolate (hecho con cacao orgánico). Por el momento la venta de todos los productos es solo por entrega, pero en los próximos meses Ximena planea abrir un punto de venta físico.

“Entendemos al pan como símbolo de comunidad, de nuestra interconexión e interdependencia de unos con otros y de nosotros con la naturaleza. Por eso apoyamos a pequeños agricultores locales, comprando sus granos y productos regionales”.

Filosofía de Masamama.

Masamama

Esta empresa que inició como un hobbie, es dirigida también por otro joven que encontró en la elaboración de los panes artesanales, una terapia personal para vivir mejor. Martín Silva Noboa estudió psicología y nunca imaginó que después de unos años de egresar de la universidad, iba a terminar construyendo una de las mejores empresas dedicadas a la producción de estos alimentos.

El Dato
Masamama está en el pasaje Los Cristales 102, Barrio de San Lázaro o en www.masamama.org y La Cannelle en Facebook como @lacannelleperu y en Instagram como @lacannellepe.

“Luego de terminar la universidad viajé a Estados Unidos para realizar una maestría. Me especialicé en terapia y mis prácticas las realicé con unos jóvenes refugiados. Esa experiencia me chocó bastante por las diferentes historias de vida que conocí”, cuenta.

Los panes artesanales de Masamama que no se venden y están aptos aún para ser consumidos, son donados a Aldeas Infantiles SOS Arequipa y a la ONG Hoop.
Martín tiene 32 años de edad y en los próximos meses, junto a su equipo de colaboradores, abrirá su segunda tienda.

 

 

 

 

 

 

 

 

El trabajo de Martín con estos jóvenes, de 13 a 18 años de edad, le provocó una necesidad de buscar algo que le hiciera sentir bien y menos estresado por la preocupación transmitida de sus pacientes. Entonces empezó a elaborar pan, uno de sus alimentos favoritos y que tenía que consumir en pocas proporciones porque el que compraba hecho de manera industrial le caía mal.

Martín buscó videos en internet y de manera empírica logró obtener sus primeros panes artesanales, respetando los tiempos de fermentación, utilizando ingredientes sanos y la masa madre, un fermento compuesto de harina y agua que refuerza la estructura de la masa y disminuye de manera natural el gluten, principal sustancia que se encuentra en la harina de trigo y al que algunas personas son intolerantes.

Con el paso del tiempo, el joven psicólogo logró elaborar unos buenos panes artesanales, así que empezó a compartirlos con algunos de sus amigos y familiares en Estados Unidos. “Pensé que si esto iba creciendo debía hacerlo bien, no podía seguir elaborando panes sin antes haber tenido alguna preparación, por eso tomé algunos cursos de panadería que me ayudaron a tomar una decisión importante”, dice Martín.

Luego de prepararse y capacitarse, Martín junto a la que en ese entonces era su enamorada (hoy su esposa) Carina Renner, inició el negocio de venta de panes artesanales por delivery en Estados Unidos y en Perú desde agosto del 2017, fecha en la que decidió volver y continuar con su emprendimiento.

El nombre que le pusieron al negocio junto a su esposa fue Masamama, por la mezcla de las palabras masa y pachamama, que en español significa madre tierra. “Nuestra empresa nació con la idea de ofrecer a nuestros consumidores productos hechos realmente de manera natural y con ingredientes orgánicos, que solo nos lo da nuestra madre tierra”, narra.

Hace tres meses Masamama abrió su primera tienda física en el conocido barrio San Lázaro y hoy cuenta con 14 colaboradores. Ofrece una variedad de panes como los campesinos, los hechos en moldes, los focaccia, los ciabatta, los vikingos y otros, todos con masa madre e ingredientes adicionales como semillas, frutos secos y cacao orgánico.

 

Salir de la versión móvil