Fundamento y fundamentalismo

El fundamento se estructura como razonable y razonado; el fundamentalismo es una petición de principio sin relación con la razón ni la lógica.

Javier Gutiérrez Fernández–Cuervo

San Pedro, en su primera carta, nos invita a “dar razón de nuestra esperanza”. Sin embargo, en el discurso cotidiano, los cristianos tantas veces nos vemos amenazados por un epíteto unidireccional: fundamentalista. ¿Estás en contra de la unión civil y eres católico? Lo siento, contigo no hablo, eres un fundamentalista. Ante este panorama, ¿dónde encontramos el equilibrio? ¿Existe la posibilidad de fundamentar la fe o toda fundamentación es fundamentalismo?

Diferencias

Aunque el dicho reza que las definiciones no se discuten, resulta aquí conveniente retornar al diccionario para ver en qué nos puede ayudar. Según la Real Academia Española, ‘fundamento’ es la “razón principal o motivo con el que se pretende afianzar y asegurar algo”. Esto cobra sentido como analogía de su primera acepción, que es el “principio y cimiento en que estriba y sobre el que se apoya un edificio u otra cosa”.

Es decir que si un cristiano no tiene fundamentos para afianzar y asegurar su fe, esta o bien no existirá o se acabará desmoronando ante el primer vendaval al que se enfrente, porque estará edificada sin cimientos o, haciendo referencia al Evangelio, sobre arena. Y fundamentos, los hay de diversas clases, esto lo veremos más adelante.

En cambio, si nos dirigimos al término ‘fundamentalismo’, nos encontramos con que sus dos primeras acepciones hacen referencia a movimientos muy particulares ubicados en el tiempo y en el espacio, así que no corresponden con lo que aquí nos referimos. La tercera, en cambio, dice que es una “exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida”.

Imposiciones

Es decir que la lógica en la que se mueve el fundamentalismo es la siguiente: “La unión civil es mala porque es mala, y todos los que están de acuerdo con ella son malos porque ella es mala”. Si el fundamento es lo que te mantiene en pie porque se estructura como un cuerpo sólido, razonable y razonado; el fundamentalismo es una petición de principio sin relación con la razón ni la lógica, que pretende fundamentar sin fundamentos y exige, sin respeto al prójimo, que todos acepten y asuman esa necedad.

De esta manera, del fundamentalismo podemos resaltar dos elementos: que carece de estructura y, por tanto, de fundamento; y que pretende imponerse a como dé lugar. Por otro lado, en cuanto al fundamento y su validez, es necesario resaltar que no cualquier elemento sirve como fundamento.

Si, por ejemplo, a mí se me ocurriese decir que entre el Big Bang y el origen del hombre solo pasaron 6 días y pretendo fundamentarlo con el relato del Génesis, evidentemente no estoy fundamentando de verdad, porque para evaluar el tiempo transcurrido entre el primer evento y el segundo están la arqueología, la cosmología y otras ciencias positivas. Si el fundamento no corresponde, no es fundamento.

Conclusión

Cada sentencia se ubica en un marco de pensamiento particular. No es lícito pretender fundamentar un teorema matemático por medio de la fe, ni fundamentar la fe por medio de las matemáticas. A un teorema positivo le competen las ciencias positivas, a una doctrina de fe le competen la revelación y la experiencia trascendente. Por eso es necesario no solo saber dar razón de nuestra esperanza, sino también saber cómo corresponde darla.

La existencia de Dios es eminentemente una verdad de fe porque no se puede evidenciar de modo positivo. Si bien la razón puede fundamentar, hasta donde le es posible, que dicha existencia es razonable y compatible con la verdad que las ciencias fundamentan, se requiere de la aceptación personal para que esta verdad pueda llegar al corazón de las personas.

De igual modo, el rechazo al aborto, a la unión civil, a la pastilla del día siguiente y a demás cuestiones de actualidad puede estar promovido en un inicio por una motivación de fe, pero para que se pueda hablar de fundamento es necesario conocer lo que la biología, la psicología, la sociología y las demás ciencias positivas tienen que decir al respecto.

No basta decir estar a favor o estar en contra para sentirse bien con uno mismo y comulgar los domingos. Es imperativo obedecer a San Pedro en la necesidad de aprender a dar válida razón de lo que nuestra esperanza nos ilumina.

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