Los peregrinos que llegaron a pie hasta el Santuario de Chapi, en Polobaya, cargaron sus carpas y ropa de abrigo para pasar la noche en la explanada del lugar.Dos personas aparecen en el horizonte durante su peregrinaje hacia el Santuario de Chapi.La bandera de Arequipa flamea mientras una familia pasa por el conocido lugar de Siete Toldos.Con el cielo de fondo, cientos de peregrinos caminan presurosos para ver a la Mamita de Chapi.Dos velas iluminan el cerro de piedras, en el sector de Tres Cruces, donde la gente carga rocas para dejarlas en señal de penitencia y borrar sus pecados.Cada año, Alberto Ticona levanta una cruz con faroles en un cerro. Esto lo hace en agradecimiento a la Virgen porque lo salvó de una enfermedad del corazón.Una madre, de la mano de su pequeña hija, cierra los ojos al tocar el manto de la cruz.A pesar de dificultades como el frío, la oscuridad de la noche y el agreste camino, los fieles llegaron masivamente al encuentro con la Virgen.Doña Rosa López llegó desde Juliaca por su fe a la Virgen de Chapi. Enciende dos velas en el cerro, una por cada deseo que le pide.“A tus pies Señora, cansado llegué…”, reza una conocida canción a la Virgen. Así los peregrinos duermen frente a una imagen de la Mamita tras su agotadora caminata.Miles de personas pernoctan en la explanada del santuario. Unos en colchones y otros en carpas, para esperar el amanecer.Un peregrino irrumpe desde su carpa al amanecer, para escuchar la primera misa en el día de fiesta de la Virgen de Chapi.La fe de los creyentes se muestra en los milagros que piden y colocan en el manto de la Virgen.La emoción de escuchar la misa se contagia entre las personas, que gratificadas abrazan a los de su costado.Miles de personas llevan diferentes objetos para ser bendecidos y regresar con ellos a sus hogares.Más de 200 mil personas llegaron a visitar a la Mamita de Chapi, en su santuario ubicado en el desierto de Polobaya.
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